EL JUGADOR - FIÓDOR DOSTOYEVSKI | Page 154

El jugador - Fedor Dostoiewski él mismo lo ignoraba. En resumen, que se puso a despotricar sin ton ni son, à bátons rompus, gritaba que yo era un pilluelo, que iba a darme una lección .... que me haría comprender... etcétera, etcétera. Nadie pudo entender nada. Blanche se partía de risa, hasta que por fin lograron tranquilizarle no sé cómo y lo sacaron a dar un paseo. Muchas veces noté, sin embargo, que se ponía triste, que sentía lástima de algo o de alguien, incluso cuando Blanche estaba presente. En tal estado se puso a hablar conmigo un par de veces, aunque sin explicarse claramente, trajo a colación sus años de servicio, a su difunta esposa, sus propiedades, su hacienda. Se le ocurría una frase y se entusiasmaba con ella, y la repetía cien veces al día, aunque no correspondiera ni por asomo a sus sentimientos ni a sus ideas. Intenté hablar con él de sus hijos, pero dio esquinazo al tema con el consabido trabalenguas y pasó en seguida a otro: «¡Sí, sí! Los niños, los niños, tiene usted razón, los niños». Sólo una vez se mostró conmovido, cuando iba con nosotros al teatro: «¡Son unos niños infelices!». Y luego, durante la velada repitió varias veces las palabras «niños infelices». Una vez, cuando empecé a hablar de Polina, montó en cólera: « ¡Es una desagradecida! -gritó-; ¡es mala y desagradecida! ¡Ha deshonrado a la familia! ¡Si aquí hubiera leyes, ya la ataría yo corto! ¡Sí, señor, sí!». De Des Grieux ni siquiera podía escuchar el nombre. «Me ha arruinado ~decía-, me ha robado, me ha perdido! ¡Ha sido mi pesadilla durante dos años enteros! ¡Se me ha aparecido en sueños durante meses y meses! Es... es ... es... ¡Oh, no vuelva usted a hablarme de él!» Vi que traían algo entre manos, pero guardé silencio como de costumbre. Fue Blanche la primera en explicármelo, justamente ocho días antes de separarnos. «Il a du chance -chachareó-; la babouchka está ahora enferma de veras y se muere sin remedio. Míster Astley ha telegrafiado; no puedes negar que a pesar de todo es su heredero. Y aunque no lo sea, no es ningún estorbo para mí. En primer lugar, tiene su pensión, y en segundo lugar, StudioCreativo ¡Puro Arte! Página 154