El jugador - Fedor Dostoiewski
él mismo lo ignoraba. En resumen, que se puso a despotricar sin
ton ni son, à bátons rompus, gritaba que yo era un pilluelo, que
iba a darme una lección .... que me haría comprender... etcétera,
etcétera. Nadie pudo entender nada. Blanche se partía de risa,
hasta que por fin lograron tranquilizarle no sé cómo y lo sacaron a
dar un paseo. Muchas veces noté, sin embargo, que se ponía
triste, que sentía lástima de algo o de alguien, incluso cuando
Blanche estaba presente. En tal estado se puso a hablar conmigo
un par de veces, aunque sin explicarse claramente, trajo a
colación sus años de servicio, a su difunta esposa, sus
propiedades, su hacienda. Se le ocurría una frase y se
entusiasmaba con ella, y la repetía cien veces al día, aunque no
correspondiera ni por asomo a sus sentimientos ni a sus ideas.
Intenté hablar con él de sus hijos, pero dio esquinazo al tema con
el consabido trabalenguas y pasó en seguida a otro: «¡Sí, sí! Los
niños, los niños, tiene usted razón, los niños». Sólo una vez se
mostró conmovido, cuando iba con nosotros al teatro: «¡Son unos
niños infelices!». Y luego, durante la velada repitió varias veces
las palabras «niños infelices». Una vez, cuando empecé a hablar
de Polina, montó en cólera: « ¡Es una desagradecida! -gritó-; ¡es
mala y desagradecida! ¡Ha deshonrado a la familia! ¡Si aquí
hubiera leyes, ya la ataría yo corto! ¡Sí, señor, sí!». De Des Grieux
ni siquiera podía escuchar el nombre. «Me ha arruinado ~decía-,
me ha robado, me ha perdido! ¡Ha sido mi pesadilla durante dos
años enteros! ¡Se me ha aparecido en sueños durante meses y
meses! Es... es ... es... ¡Oh, no vuelva usted a hablarme de él!»
Vi que traían algo entre manos, pero guardé silencio como de
costumbre. Fue Blanche la primera en explicármelo, justamente
ocho días antes de separarnos. «Il a du chance -chachareó-; la
babouchka está ahora enferma de veras y se muere sin remedio.
Míster Astley ha telegrafiado; no puedes negar que a pesar de
todo es su heredero. Y aunque no lo sea, no es ningún estorbo
para mí. En primer lugar, tiene su pensión, y en segundo lugar,
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