EL JUGADOR - FIÓDOR DOSTOYEVSKI | Page 153

El jugador - Fedor Dostoiewski cotorra. Por fin, solté una risotada, con lo que terminó aquello; esto es, primero me tomó por un imbécil, pero al final quedó con la impresión de que era hombre bueno y acomodaticio. En resumen, que tuve la suerte de acabar mereciendo el absoluto beneplácito de esta digna señorita (Blanche, por otra parte, era en efecto una chica excelente, claro que en su género; yo no la aprecié como tal al principio). «Eres bueno y listo -me decía hacia el final- y.. y.. ¡sólo lamento que seas tan pazguato! ¡Nunca harás fortuna!» «Un vrai Russe, un calmouk!» Algunas veces me mandaba sacar al general de paseo por las calles, ni más n