El jugador - Fedor Dostoiewski
decir, con ello se terminó nuestro mes y pasé formalmente a la
condición de jubilado.
Ello ocurrió del modo siguiente: ocho días después de instalarnos
en París se presentó el general. Vino directamente a ver a Blanche
y desde la primera visita casi se alojó con nosotros. Tenía, es
cierto, su propio domicilio, no sé dónde. Blanche le recibió
gozosamente, con carcajadas y chillidos, y hasta se precipitó a
abrazarlo; la cosa llegó al punto de que ella misma era la que no
le soltaba y él hubo de seguirla a todas partes: al bulevar, a los
paseos en coche, al teatro y a visitar a los amigos. Para estos
fines el general era todavía útil, pues tenía un porte bastante
impresionante y decoroso, con su estatura relativamente elevada,
sus patillas y bigote teñido (había servido en los coraceros) y su
rostro agradable aunque algo adiposo. Sus modales eran
impecables y vestía el frac con soltura. En París empezó a llevar
sui condecoraciones. Con alguien así no sólo era posible, sino
hasta recomendable, si se permite la expresión, circular por el
bulevar. Por tales motivos el bueno e inútil general estaba que no
cabía en sí de gozo, porque no contaba con ello cuando vino a
vernos a su llegada a París. Entonces se presentó casi temblando
de miedo, creyendo que Blanche prorrumpiría en gritos y
mandaría que lo echaran; y en vista del cariz diferente que habían
tomado las cosas, estaba rebosante de entusiasmo y pasó todo
ese mes en un estado de absurda exaltación, estado en que
seguía cuando yo le dejé. Me enteré en detalle de que después de
nuestra repentina partida de Roulettenburg, le había dado esa
misma mañana algo así como un ataque. Cayó al suelo sin
conocimiento y durante toda la semana siguiente estuvo como
loco, hablando sin cesar. Le pusieron en tratamiento, pero de
repente lo dejó todo, se metió en el tren y se vino a París. Ni que
decir tiene que el recibimiento que le hizo Blanche fue la mejor
medicina para él, pero, a despecho de su estado alegre y
exaltado, persistieron durante largo tiempo los síntomas de la
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