El jugador - Fedor Dostoiewski
-Pues mira, vois-tu -parloteó de pronto-, en primer lugar,
búscame las medias y ayúdame a calzarme; y, en segundo lugar,
si tu n’es pas trop béte, je te prends à Paris. ¿Sabes? Me voy en
seguida.
-¿En seguida?
-Dentro de media hora.
En efecto, estaba hecho el equipaje. Todas las maletas y los
efectos estaban listos. Se había servido el café hacía ya rato.
-Eh, bien! ¿quieres? Tu verras Paris. Dis donc, qu'est-ce que c'est
qu'un outchitel? Tu étais bien bête, quand tu étais outchitel!
¿Dónde están mis medias? ¡Pónmelas, anda!
Levantó un pie verdaderamente admirable, moreno, pequeño,
perfecto de forma, como lo son por lo común esos piececitos que
lucen tan bien en botines. Yo, riendo, me puse a estirarle la media
de seda. Mademoiselle Blanche mientras tanto parloteaba sentada
en la cama.
-Eh bien, que feras-tu si je te prends avec? Para ernpezar je
veux cinquante mille francs. Me los darás en Francfort. Nous
allons à Paris. Allí viviremos juntos et je te ferai voir des étoiles en
plein jour. Verás mujeres como no las has visto nunca. Escucha...
-Espera, si te doy cincuenta mil francos, ¿qué es lo que me
queda a mí?
-Et cent cinquante mille francs, ¿lo has olvidado? y, además,
estoy dispuesta a vivir contigo un mes, dos meses, que sais-je?
No cabe duda de que en dos meses nos gastaremos esos ciento
cincuenta mil francos. Ya ves que je suis bonne enfant y que te lo
digo de antemano, mais tu verras des étoiles.
-¿Cómo? ¿Gastarlo todo en dos meses?
-¿Y qué? ¿Te asusta eso? Ah, vil esclave! ¿Pero no sabes que un
mes de esa vida vale más que toda tu existencia? Un mes... et
aprés le déluge! Mais tu ne peux comprendre, va! ¡Vete, vete de
aquí, que no lo vales! Aïe, que fais-tu?
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