EL JUGADOR - FIÓDOR DOSTOYEVSKI | Page 143

El jugador - Fedor Dostoiewski complicación! » Juro que sentía lástima de Polina, pero, cosa rara, desde el momento en que la víspera me acerqué a la mesa de juego y empecé a amontonar fajos de billetes, mi amor pareció desplazarse a un segundo término. Esto lo digo ahora, pero entonces no me daba cuenta cabal de ello. ¿Soy efectivamente un jugador? ¿Es que efectivamente... amaba a Polina de modo tan extraño? No, la sigo amando en este instante, bien lo sabe Dios. Cuando me separé de míster Astley y fui a casa, sufría de verdad y me culpaba a mí mismo. Pero... entonces me sucedió-un lance extraño y ridículo. Iba de prisa a ver al general cuando no lejos de sus habitaciones se abrió una puerta y alguien me llamó. Era madame veuve Cominges, y me llamaba por orden de mademoiselle Blanche. Entré en la habitación de ésta. Su alojamiento era exiguo, compuesto de dos habitaciones. Oí la risa y los gritos de mademoiselle Blanche en la alcoba. Se levantaba de la cama. -Ah, c'est lui! Viens donc, bête! Es cierto que tu as gagné une montagne d'or et d'argent? J'aimerais mieux l'or. -La he ganado -dije riendo. -¿Cuánto? -Cien mil florines. -Bibi, comme tu es béte. Sí, anda, acércate, que no oigo nada. Nous ferons bombance, n'est-cepas? Me acerqué a ella. Se retorcía bajo la colcha de raso color de rosa, de debajo de la cual surgían unos hombros maravillosos, morenos y robustos, de los que quizá sólo se ven en sueños, medio cubiertos por un camisón de batista guarnecido de encajes blanquísimos que iban muybien con su cutis oscuro. -Mon fils, as-tu du coeur? -gritó al verme y soltó una carcajada. Se reía siempre con mucho alborozo y a veces con sinceridad -Tout autre... -empecé a decir parafraseando a Corneille. StudioCreativo ¡Puro Arte! Página 143