EL HIJO DEL VIENTO El Hijo del Viento - Henning Mankell | Page 47

—¿Y qué sabe él de lo que diga la Biblia? —Un día lo sabrá. ¿Cómo voy a explicarle entonces por qué lo bauticé con el nombre de un ladrón? Andersson rompió a reír. —Creo que hablas en serio. Que de verdad piensas llevarte al niño por mar y que crees que va a sobrevivir. ¿¡Por qué he de tener bajo mi techo a semejante imbécil!? —No tardaré en marcharme. Andersson hizo un gesto como queriendo poner paz en la discusión. —Podría llamarlo David —sugirió Bengler. —No me acuerdo de quién fue —confesó Andersson—. ¿Qué hizo? —Se batió contra Goliat. Andersson asintió. —Puede irle bien porque, de hecho, deberá enfrentarse a un Goliat. —¡Josef! —exclamó Andersson de pronto—. El rechazado. Josef es un bonito nombre. Bengler meneó la cabeza. Su padre se llamaba Josef de segundo nombre. —No vale. —¿Por qué no? —Me evoca recuerdos desagradables —respondió Bengler evasivo. Andersson no le hizo ninguna pregunta. Mientras hablaban, el niño permanecía inmóvil. Bengler intuy ó que el pequeño esperaba que sucediese algo terrible, que lo golpeasen, que lo matasen tal vez. —¿Sabes si presenció lo que les ocurrió a los padres? Andersson volvió a encogerse de hombros. Ya había reanudado su tarea con los sacos de sal. Geijer mantenía el equilibrio en el último peldaño de una escalera. —Es posible. No indagué mucho. ¿Por qué averiguar algo que te alegrarás de ignorar? He visto el modo en que los alemanes persiguen y dan caza a estas gentes como si fueran ratas. Bengler posó su mano sobre la cabeza del niño y notó que estaba tenso. Aún seguía con los ojos cerrados. Y en ese instante lo supo. El niño se llamaría Daniel, al que encerraron en la fosa de los leones. Ese sí que era un nombre adecuado. —Daniel —dijo en voz alta—. Daniel Bengler. Suena judío pero, puesto que eres negro, no eres judío. En fin, y a tienes nombre. —Los piojos se han cebado en él. Además, está desnutrido. Aliméntalo y lávalo. De lo contrario habrá muerto antes de que llegues a Ciudad del Cabo. Mucho antes de que sepa que le han dado un nombre cristiano.