El Gúegüence El Gueguence como manifestación lúdica sincrética | Page 31

El Güegüence como manifestación Lúdica Sincrética El actor debe acomodarse a su papel y crear la ilusión dramática. Se ve forzado a estar atento y obligado a una agilidad mental continua: igual que quien disputa una competencia. En cambio, en el ilinx, semejante en ese aspecto al alea, hay renuncia, y ya no sólo renuncia de la voluntad, sino también renuncia de la conciencia. La persona la deja ir a la deriva y se embriaga con sentirla dirigida, dominada y poseída por fuerzas extrañas. Para lograrlo, sólo necesita abandonarse, lo que no exige ni ejercita ninguna aptitud particular. Así dentro de las dos grandes coaliciones, sólo una categoría de juegos es verdaderamente creadora: la mimicry, en la conjura de la máscara y del vértigo. En las sociedades donde reinan el simulacro y la hipnosis, a veces se encuentra la solución en el momento en que el espectáculo se impone al trance, es decir, cuando la máscara de hechicero se constituye en máscara de teatro. En las sociedades basadas en la combinación del mérito y de la suerte, también existe un esfuerzo incesante, desigualmente feliz y rápido, por aumentar la participación de la justicia en detrimento del azar. A ese esfuerzo se le llama progreso. Ahora es tiempo de examinar el juego de la doble relación (por una parte el simulacro y el vértigo y, por la otra, la suerte y el mérito), a lo largo de las presuntas peripecias de la aventura humana, tal como la muestran en la actualidad la etnografía y la historia. EL SIMULACRO Y EL VÉRTIGO La estabilidad de los juegos es sorprendente. Los imperios y las instituciones desaparecen, pero los juegos persisten, con las mismas reglas y a veces con los mismos accesorios. Y es, antes que nada, porque no son importantes y poseen la permanencia de lo insignificante. Los juegos no gozan de esa identidad hereditaria. Son innumerables y cambiantes. Adoptan mil formas distribuidas desigualmente, como las especies vegetales; pero, infinitamente más aclimatables, emigran y se adaptan con una rapidez y una facilidad también desconcertantes. Existen pocos juegos que hayan sido durante mucho tiempo propiedad exclusiva de un área de difusión determinada. Los juegos se extendieron en fecha remota y en una u otra forma por el mundo entero. Son prueba de la identidad de la naturaleza human