El Gúegüence El Gueguence como manifestación lúdica sincrética | Page 18

El Güegüence como manifestación Lúdica Sincrética o cósmicos de acuerdo con los atributos de cada personaje: vegetal, animal, humano, semi-divino o divino, según la trama de la historia mitológica que actuaban. Era un teatro musicalizado, con canto, pantomima y recitación. Además, conocían bien el teatro con muñecos de mano muy parecidos a los del actual teatro guiñol, y también hacían gala de la ventriloquia, como puede deducirse por los estudios de Carlos Navarrete acerca de las efigies parlantes de Chinkultik y otros sitios del clásico maya. Todas estas manifestaciones teatrales las ejercían actores o farsantes que se denominaban balames o baldzames. Cogolludo dice que por extensión se nombraba así también a los que eran decidores o chocarreros. Fray Diego de Landa y Sánchez de Aguilar elogian mucho el donaire de tales representaciones. El Obispo Carrillo y Ancona dejó un amplio estudio sobre el teatro maya, donde menciona el uso de atabales, uno grande de percusión con baquetas que tenía sonido grave y triste, y otro pequeño que tocaban con las manos. También se usaban trompetas largas, delgadas, conchas de caracoles, y el tunkul, de tronco de zapote, que se asemejaba al teponaztli náhuatl. Éste era el principal de las representaciones, y servía también para convocar al pueblo, que participaba activamente en los cantos y danzas, como se sigue haciendo actualmente en Zinacantán, Chiapas, durante las fiestas de San Sebastián, los días 20 de enero, donde dos personajes disfrazados de jaguar trepan a un árbol rodeados de varios personajes de origen prehispánico que merecen estudio aparte. El ocultamiento y esoterismo de esas obras se debió al celo catequizador de los religiosos, al cual debemos destrucciones de códices, monumentos, esculturas, cerámicas y otras artes, ciencias y artesanías. Resulta irónico que Diego de Landa, que en el Auto de fe de Maní mandó quemar todos los códices que pudo incautar, por lo menos nos haya hecho imaginar lo que era el teatro entre los mayas de Yucatán, al describirnos el templo de Kukulkán en Chichén Itzá: Tenía delante de la escalera del norte, algo aparte, dos teatros de cantería pequeños, de a cuatro escaleras, y enlosados por arriba en que dicen que representaban las farsas y comedias para el solaz del pueblo. Landa nos describe también los nombres de ciertas piezas o bailes, como la Danza de los guerreros, Danza del diablo, Danza del fuego, entre otras donde describe también los instrumentos musicales, y una obra llamada Colomché, o Juego de cañas. Fray Sánchez de Aguilar es más específico al describirnos estos espectáculos: En su gentilidad y ahora bailan y cantan al uso de los Mexicanos y tenían y tienen su cantor principal que entona y enseña lo que han de cantar, y le veneran y reverencian y Lic. Francisco M. Zamorano Casal