Era un bonito cuadro . Sólo en un rincón , en el rincón más apartado del jardín , seguía siendo invierno . Allí se encontraba un niño muy pequeño . Tan pequeño era , que no había podido llegar a las ramas del árbol y se paseaba a su alrededor llorando amargamente . El pobre árbol estaba aún cubierto de hielo y de nieve , y el viento del Norte soplaba y rugía por encima de él .
- Sube ya , muchacho - decía el árbol .
Y le alargaba sus ramas , inclinándose todo lo que podía , pero el niño era demasiado pequeño . El corazón del gigante se enterneció al mirar hacia afuera .
¡ Qué egoísta he sido ! -pensó- . Ya sé por qué la primavera no ha querido venir aquí . Voy a colocar a ese pobre pequeñuelo sobre la cima del árbol , luego tiraré el muro , y mi jardín será ya siempre el sitio de recreo de los niños .
Estaba verdaderamente arrepentido de lo que había hecho . Entonces bajó las escaleras , abrió nuevamente la puerta y entró en el jardín . Pero cuando los niños le vieron , se quedaron tan aterrorizados que huyeron y el jardín se quedó otra vez invernal .