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"BREVE ANALISIS AL RAZONAMIENTO ABDUCTIVO"

Junior Heferson Mesa Neisa

Estudiante Programa de Filosofía

Gonzales Navarro nos sugiere que este razonamiento se presenta cuando se utiliza una conjetura o hipótesis explicativa que se transforma en una argumentación. Es una hipótesis provisional explicativa; dicho de otra manera, es una competencia mutual usada entre los hablantes de una lengua llamándola: “Competencia Abductiva Compartida”. Esta reemplazaría a la: “Competencia Comunicativa A priori”, esta segunda competencia afirma que existe una competencia compartida de convenciones y códigos que los usuarios aplican a los diferentes casos que se les presentan.

Aquí puede que no se les presente una total contradicción, pero si les llevaría a definir términos muy diferentes en los procesos interpretativos. Una “Aptitud Abductiva A priori” es diferente de una “Competencia Comunicativa A priori”, por tanto, el razonamiento abductivo es diferente del razonamiento deductivo y del razonamiento inductivo. Se podría decir incluso que los tres razonamientos coexisten en este mismo orden de presentación inclusive. Así como el razonamiento abductivo transforma una hipótesis en una argumentación explicativa provisional, es decir, muestra algo que podría ser, que probablemente podría ser, el razonamiento deductivo por su parte muestra algo que tiene que ser. Así mismo el razonamiento inductivo muestra algo meramente operativo, basado en el método científico hasta que se demuestre lo contrario.

La hipótesis de la: “Aptitud Abductiva Compartida”, supondría la existencia de estructuras a priori por medio de las cuales poder explicar los procesos de comunicación. Sin embargo, dicha hipótesis no implicaría que el criterio para desentrañar el significado de los mismos radique en la existencia de códigos o convenciones de contenido concreto, sino en un procedimiento respecto al cual existiría una aptitud compartida entre los hablantes. En última instancia, esta aptitud para la conformación de razonamientos abductivos sólo se puede entender plenamente desde los presupuestos generales de una teoría de la interpretación (siendo el empleo de este procedimiento explicativo, a su vez, de naturaleza abductiva o reproductiva), la cual suministra los fundamentos no sólo lógicos sino ontológicos para la comprensión del razonamiento abductivo.

A mi modo de ver la abducción se caracteriza, entonces, por ser un proceso creativo, en tanto genera las nuevas ideas, mientras que la deducción deriva conocimiento de aquel que ya ha sido validado previamente y la inducción, por su parte, se limita a comprobarlo. La abducción, en contraposición, permite la identificación de ciertos indicios a los cuales corresponde algo y las razones de su apariencia, a partir de las cuales se pueden extraer una serie de consecuencias.

Dicho en otras palabras, la abducción es como una especie de sinapsis mental un leve instante donde el cerebro se predispone a iniciar su proceso de conocimiento. Es un breve y fugaz instante, pero a la vez productivo y objetivo donde la maquinaria del conocimiento se pone puesta en marcha. Es aquí donde todo ocurre con lo correspondiente a la abducción, como pre instante anterior de la deducción y posterior inducción. Donde la racionalidad parte a su viaje de conocer, es ese despegue de recursos y herramientas para crear conocimiento. Se le está reconociendo a la abducción su merecido lugar en el proceso del método científico.

En la antigüedad algunos la llamaban simplemente divagaciones mentales, pero desde Pierce ya se le está dando la importancia que se merece, aunque desde la Grecia clásica con Aristóteles ya se le presumía de su existencia en su física y metafísica. Cuando un razonamiento no es meramente un argumento deductivo ni tampoco inductivo eso implica que cuando argumentamos no llegamos a conclusiones analíticas; no sólo establecemos derivaciones de valor semántico inherentes a las nociones de partida en una o varias premisas, puesto que los razonamientos no son meras derivaciones tautológicas o analíticas.

Si nuestros razonamientos fueran exclusivamente deductivos, éstos podrían tenerse por definiciones. La ciencia ya ha descubierto que el método deductivo no es infalible y no siempre sus conclusiones son científicas, es decir se queda más en postulados gramaticales sin ningún fondo y forma, por decir algo casi un parafrasear, y del método inductivo ni se diga, ya que lleva simplemente a resultados lógicos amparados según la validez de la gramática y la semántica empleada, es decir con estos dos métodos estamos lloviendo sobre mojado.

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