También existen concepciones contemporáneas del método y su aplicación, el fondo a grandes rasgos es el mismo; es evidente que el método, indiferente del momento histórico, de la época histórica, de la concepción y/o tradición filosófica que prevalezca, es reconocido como un imperativo y llega a ser la forma organizada, sistemática y regular (procedimiento) en que se realiza un complejo ejercicio de análisis dirigido a un problema, para llegar a un objetivo de aprehensión y comprensión de su contenido y viabilidad de solución (finalidad).
Importante traer a colación lo que enuncia el autor así: en primer lugar, con relación al establecimiento del método: “…para nuestro tema es señalar que una hipótesis plausible acerca de ellos es que, si se encontrara un método para tratarlos, uno que gozara al menos del consenso de la comunidad filosófica, o bien se volverían solucionables, o bien se lograría clarificar en qué radica su índole filosófica y por qué no son solucionables.” (Cabanchik, 2012, 261); y con relación al reconocimiento del método expresa lo siguiente: “Todas las grandes tradiciones del pensamiento filosófico, pasadas o vigentes, lo han reconocido de una u otra manera. Cuando deja de ocurrir así, o bien la tradición se «escolastiza» en el peor sentido de la palabra, convirtiéndose en puro método sin contenido, o bien se indiferencia a tal punto de su contenido que deja de ser filosofía, al sacrificar enteramente la potencia del concepto. Precisamente, la filosofía analítica y cierta fenomenología corren el primer riesgo, mientras que la tradición crítica, el pragmatismo, la hermenéutica y el postestructuralismo corren el segundo.” (Cabanchik, 2012, 277).
Entonces el método en los estudios filosóficos, es inherente a su esencia, y llega a ser también su quehacer; no se puede realizar análisis, comprensión, exposición, consolidación de conocimiento, ni presentar alternativas de solución a una problemática sin contar con aquel procedimiento, aquellos pasos coherentemente enlazados, que proporcionen un modo práctico de llegar a conclusiones válidas que propendan por el logro de la verdad a través de la realidad del hombre y el entorno, próximo y lejano, que le correspondió vivir.
De resaltar que el método y su aplicación en las ciencias sociales está ligado y porque no decirlo está supeditado también a los aspectos históricos e ideológicos, pues como se enunció siempre está inmerso en una corriente o ideología filosófica y depende de la interpretación, uso y objeto al cual está dirigido. Sin embargo, hallarlo, establecerlo, consolidarlo y que tenga aprobación por todo un conglomerado científico no es siempre viable, ni mucho menos sencillo, su validez la otorga el éxito y aporte científico de su aplicación, así como la generación de nuevo conocimiento que aporte eficazmente al logro y obtención de la verdad.
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