Ecologia
El Dromedario
7
Javier Eduardo Mendoza
Pequeña introducción y disculpa
Queridos lectores: soy consciente de que para este mes les había prometido un artículo sobre la biodiversidad de Colombia, pero me vino la oportunidad de entrevistar a un biólogo muy interesante llamado Javier Eduardo Mendoza, primo de nuestra profesora de español de primaria, Pilar. Espero que esto logre entretenerlos y enseñarles de igual manera. Hablaremos de la biodiversidad colombiana en abril.
Entrevista con Javier Eduardo Mendoza (biólogo)
Primero lo primero: ¿Quién es este señor? Javier es un biólogo colombiano que ha participado en proyectos para la conservación de paisajes rurales, conservación y uso sostenible de la biodiversidad de los Andes colombianos, observación del estado de los humedales de Bogotá y de recomendaciones para su restauración ecológica, entre otros.
Después de algunos de problemas técnicos, logramos vernos en una llamada por meet. Yo estaba muy nerviosa, debo admitirlo, y no sabía si debería hablarle de “usted” o de “tu”.
De todas formas, empecé a hacerle mis preguntas, tratando de verme profesional. Fue una entrevista muy exitosa. Hela aquí, resumida pero muy completa:
Mi primera pregunta fue cuál era el origen de su amor e interés por el medio ambiente, si lo había tenido desde siempre o lo había desarrollado más adelante. A lo cual él respondió:
- Bueno, yo descubrí la ecología por pura casualidad, cuando entré a la universidad: inicialmente deseaba estudiar medicina. Pero no me fue fácil esa entrada directa, de manera que ingresé a la carrera de biología para entrar después a la medicina y se me facilitaría más. Pero me gustó mucho y me quedé como biólogo.
- Al estudiar su hoja de vida me percaté de que ha hecho muchos proyectos en zonas colombianas como humedales o municipios tales como Belén, Encino, Yotoco o Albania, que yo ni siquiera conocía, la verdad, lo que me lleva a preguntarme: ¿por qué esas zonas y no, por ejemplo, grandes ciudades?
Al principio no sabía si era buena idea hacerle esta pregunta, pues ya tenía una idea de cuál podía ser la respuesta: porque en las ciudades no hay suficiente fauna y flora. Aún así, quise ver si tenía algún otro argumento o razón:
-Porque en las instituciones en las que desarrollé los proyectos, la mayoría de veces había un interés por la conservación de la biodiversidad silvestre, lo que por lo general lleva a zonas rurales, donde hay pequeños pueblos y municipios en vez de aglomeraciones y ciudades.
-He visto que usted cree fuertemente en que Colombia y el planeta entero pueden ser carbono-neutrales. Asumo entonces que debe ser una persona ambiciosa o bien muy determinada, que le gusta hacer grandes cosas. Asumiendo que esto sea cierto, ¿Cree usted que las pequeñas acciones cuentan para ayudar al medio ambiente?
- Yo opino que todo es importante, que debe haber un equilibrio. Pues si bien hay políticas públicas para combatir el cambio climático, si a menor escala no hacemos nada, la cosa no funciona. Y lo mismo al revés: las acciones cotidianas que hacemos como individuos deben ser respaldadas por leyes.
En otras palabras: si algún señor en Bogotá lanza una ley, debe haber una traducción, una manera de cumplirla teniendo en cuenta las condiciones y el contexto de cualquier otra persona en cualquier otra parte del país.
La condición del planeta está en manos de cada uno, sin embargo las acciones varían.Todos tenemos responsabilidades diferentes, grandes o pequeñas, pero de misma importancia.
Esta respuesta me gustó mucho.
- Javier, me gustaría saber qué piensa sobre el cambio climático en manos de los niños y adolescentes, es decir: ¿Qué piensa de los jóvenes como Greta Thunberg con proyectos como Fridays for future? ¿Piensa usted que en la mayoría de las escuelas y hogares se aborda y trabaja el tema suficientemente?
Antes de que respondiera, lo ví titubear un poco, como si estuviera midiendo sus palabras. ¡Perfecto! a lo mejor estaba a punto de decir algo muy interesante. Efectivamente, este fue el momento que consideré más cautivador:
- Esa es una pregunta compleja, Eva... El compromiso y la iniciativa de los jóvenes es muy importante, pues tienen la vida por delante, un campo de acciones vasto y, por tanto, más probabilidades de lograr salvar el planeta.
Pero el caso concreto de Greta Thunberg es, para mí, un “producto de marketing muy bien vendido”.
Ese término me impactó mucho, al mismo tiempo me dió un poco de risa. Sé muy poco sobre Greta Thunberg, pero al navegar en internet, cuando buscaba informaciones para el artículo de Jane Goodall y David Attemborough por ejemplo, ví imágenes de ella con leyendas como “Greta Thunberg, la adolecsente que logró que todo el mundo se preocupara por el futuro”. Así que, lo poco que sabía de ella es que era una chica muy valiente que luchaba por el medio ambiente. Hasta que oí la opinión personal y bastante polémica de Javier: