Crónicas
EL Dromedario
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Tenía mis dudas sobre Ron Howard antes de ver la película. Siempre sentí un disgusto que no puedo explicar por la mayoría de sus filmes, a excepción de sus conocidas adaptaciones de las obras de Dan Brown. Sin embargo, al ver Rush. sentí que no era una película del mismo director, tener tantos efectos prácticos, autos de época reales, pilotos entrenados y tomas largas de la carrera, me sorprendió gratamente.
Es realmente sorprendente lo rápido que pasa el tiempo en esta película, tras cada gran premio hay una historia interesante, pero la película no se queda estancada en ningún momento. La elección de los actores fue simplemente sensacional, no creo poder imaginar a nadie más que a Chris Hemsworth como el carismático, guapo y arriesgado James Hunt ni a Daniel Brühl como alguien mucho más maduro, calmado e inteligente como el gran Niki Lauda.
como el carismático, guapo y arriesgado James Hunt ni a Daniel Brühl como alguien mucho más maduro, calmado e inteligente como el gran Niki Lauda. Está claro que este último fue de inmensa ayuda para los guionistas, Niki, el único vivo entre los dos para cuando se hizo la película, trajo grandes historias a la mesa y permitió una genial mezcla entre realidad y algunos toques necesarios de ficción.
Por último y para no alargarme en mi superficial análisis cinematográfico, quiero hablar de la actuación de Daniel Brühl, al ver la película por primera vez, me dejó sin palabras, fue increíble ver esa arrogancia, ese carácter fuerte que caracterizaba a Lauda y claro, el bonus de tener a un actor que hable alemán, es muy bien recibido. Ese año hubo grandes actuaciones, lo sé. Pero, el hecho de que no hubiese ni siquiera una nominación en los premios Oscar, me parece bastante injusto.
Rush; y la gran amistad de James Hunt y Niki Lauda
Una gran película:
Una gran rivalidad:
Esta rivalidad tuvo lugar en los años setenta, primero en la Fórmula 3, donde los pilotos se conocieron por primera vez en el gran premio de Crystal Palace, en Londres. Allí los dos tuvieron un choque muy poco grave que solo los giró. Hunt, un piloto ganador en Fórmula 3, se llevó la bandera a cuadros mientras que Lauda no terminó la carrera después de su roce con el británico. La familia de Lauda nunca estuvo contenta con su decisión, importantes políticos y economistas austriacos no querían ver su apellido llevado a una profesión como la de piloto automovilístico. Por eso Lauda tuvo que buscar otra forma de entrar en Fórmula 1. Y lo hizo, pidió un préstamo y le pagó a equipos como March y luego British Racing Motors (BRM) para conducir para ellos. Así fue que el primero de los dos consiguió su puesto. Esta forma de llegar a la élite que nunca cruzó la mente de Hunt, lo enfureció bastante. Pero se llevó una gran sorpresa cuando su amigo Lord Alexander Hesketh, invirtió un gran dinero para crear un equipo en la Fórmula 1, la historia del equipo Hesketh es una de las más hilarantes de la historia del deporte, demostrando que es posible tener a un mayordomo sirviendo champán y langosta en el garaje y un logo en la ropa de sus pilotos que decía: “Sexo, desayuno de campeones”. En la temporada de 1975, con ambos en Fórmula 1, Lauda cambió de equipo a Ferrari, por recomendación de su compañero en BRM, el suizo Clay Regazzoni, quien también conduciría para la scuderia esa temporada después de un regreso muy esperado por los tifosi del equipo de rojo. Pero la sorpresa, para alegría de los italianos, fue el austriaco que ganó cinco de los trece grandes premios, llevándose así el mundial de pilotos y ayudando a Ferrari a conseguir el mundial de constructores. Esa temporada, Hunt ganó tan solo el gran premio de los Países Bajos en el circuito de Zandvoort, terminando aún así en un impresionante cuarto lugar en el mundial de pilotos con treinta y tres puntos, aunque muy lejos de Lauda, quien terminó con sesenta y cuatro puntos y medio.
Todo se volvió más interesante para la siguiente temporada, ya que Hunt había tenido un terrible descanso, Lord Hesketh se había quebrado y él no tendría equipo. Sin embargo, Emerson Fittipaldi, gran piloto de McLaren, los había abandonado unos días antes del inicio de la temporada. Hunt movió cielo y tierra para conseguir una reunión con los directivos quienes, a regañadientes, le dieron el puesto. Esto le daba un toque muy bello a la batalla por el título ya que el McLaren era el único auto que podía competir en velocidad con Ferrari. La cosa no empezó muy bien para el británico, quien no tuvo muy buenos resultados en las tres primeras carreras a pesar de haber quedado en pole en dos de ellas. En Brasil, Lauda salió victorioso, mientras que Hunt tuvo problemas con el motor y no terminó. En Sudáfrica, a pesar de un buen arranque, Hunt perdió su posición y terminó segundo, detrás de Niki. La primera victoria del carismático británico vino en España, después de una emocionante carrera. Sin embargo fue descalificado después de una queja de Ferrari, que verificó la FIA, quien dijo que el auto pasaba el ancho permitido por cuatro centímetros aunque todo el mundo supiera que esto no afectaba en lo más mínimo, el rendimiento del auto. Para volver legal el automóvil, la escudería británica tuvo que trabajar día y noche para reducir el ancho del vehículo. Esto lo volvió extremadamente lento y propenso a fallas de motor. McLaren volvió a tener un auto competitivo en el gran premio francés, en donde Hunt se llevó la bandera a cuadros. Después de este gran premio, la FIA rectificó y le devolvió los puntos a McLaren y a Hunt, justos ganadores en España. El punto de inflexión en la temporada vino en el gran premio alemán, celebrado en el famoso Nürburgring, una de las pistas más peligrosas de la historia, habiéndose ganado el nombre de “El cementerio”. En el filme, usan una frase, que al ser incluso confirmada por la ciencia es aún más espeluznante. El personaje de Lauda suele decir: “Cada vez que entro a mi auto, acepto que hay una probabilidad del veinte por ciento de morir. ¿Qué tipo de persona quiere un trabajo así? Cada año, dos pilotos fallecen.” Tan solo escuchar esas palabras me produjo escalofríos, y ver el riesgo que afrontaban los pilotos en los años setentas y ochentas es realmente impresionante.
Volviendo al gran premio alemán, la pista era muy peligrosa estando seca, pero ese día llovía, por eso Lauda quiso hablar con la FIA para cancelar la carrera por la seguridad de todos. Esto fue sometido a voto entre los pilotos, y la carrera se mantuvo debido al gran contrapeso que significaba el carácter carismático de Hunt. Ese día, Lauda no debió correr, empezó con neumáticos de lluvia, pero como la pista de casi veintitrés kilómetros se había secado para la segunda vuelta, paró, como otros trece pilotos, puso neumáticos de seco, lisos. Pero unas curvas después, algo falló en la suspensión, el auto giró, se estrelló con las barreras, erupción de llamas. Poco después, chocaron con él, Harald Ertl y Brett Lunger.