El diario de Anna Frank | Page 29

Gentileza de El Trauko http://go.to/trauko Este fue un ataque abierto a la forma en que mamá cría a sus hijas. La señora Van Daan se había puesto roja de emoción; mamá, en cambio, permanecía impasible. La persona que enrojece es arrastrada progresivamente por sus emociones y corre el riesgo de perder más pronto la partida. Mamá, con las mejillas pálidas, quiso zanjar esta cuestión lo más rápidamente posible, y apenas si reflexionó antes de responder: —Señora Van Daan, yo opino, efectivamente, que es preferible ser un poco menos modesto en la vida. Mi marido, Margot y Peter, los tres son demasiado modestos. Su marido, Ana, usted y yo no somos lo que se puede decir modestos, pero no nos dejamos atropellar. Entonces exclamó la señora Van Daan: —Querida señora, no la comprendo. Yo soy verdaderamente la modestia personificada. ¿Qué es lo que hace a usted dudarlo? —Nada en especial —respondió mamá—, ¡pero nadie diría que usted brilla por su modestia! A lo que replicó la señora Van Daan: —¡Me gustaría saber en qué carezco yo de modestia! Si no me ocupase de mí misma, nadie aquí lo haría, y se me dejaría morir de hambre. Esta absurda observación hizo reír a mamá, lo que irritó más aún a la señora Van Daan que continuó su perorata sazonada de palabras interminables, en un magnífico alemán-holandés y holandés-alemán, hasta que perdida en sus propias palabras, resolvió abandonar la habitación. Al levantarse, se volvió para dejar caer su mirada sobre mí. ¡Era como para verlo! En ese momento yo tuve la desgracia de menear la cabeza, casi inconscientemente, con una expresión de lástima mezclada sin duda de ironía, a tal punto me sentía fascinada por su oleada de palabras. La señora se crispó, se puso a lanzar injurias en alemán, sirviéndose de una jerga sumamente vulgar. ¡Era un lindo espectáculo! Si hubiera sabido dibujar, la habría pintado en esa actitud; a tal punto resultaba cómica, demasiado cómica, la pobre y estúpida mujer. Después de esta escena, de cualquier modo, estoy segura de una cosa: peleándose abiertamente una buena vez es como se aprende a conocerse a fondo. ¡Es entonces cuando en realidad puede juzgarse un carácter! Tuya, ANA Martes 29 de septiembre de 1942 Querida Kitty: ¡Las personas que viven escondidas pasan por experiencias curiosas! Figúrate que no tenemos bañera, y que nos lavamos en una artesa. Y como hay agua caliente en la oficina (quiero decir en todo el piso inferior), los siete aprovechamos esta ventaja por turno. 25