Gentileza de El Trauko
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Señora: —¡Es falso! Opinabas que la invasión se efectuaría el año pasado, que
Finlandia ya habría firmado la paz, que Italia quedaría liquidada durante el invierno, que
los rusos tomarían Lemberg, ¡Oh, no! Decididamente, tus pronósticos no valen mucho.
Señor (levantándose): —Bueno, ¿quieres cerrar la boca? Algún día demostraré que
tengo razón. Ya estoy hasta la coronilla de tus tonterías y espero el momento de
restregártelo todo por la nariz.
Fin del Primer Acto
Yo no pude evitar una carcajada, mamá tampoco, Peter se mordía los labios. ¡Oh,
qué tontos son los adultos! Antes de hacer observaciones a sus hijos, sería mejor que
comenzasen por aprender algo.
Tuya,
ANA
Viernes 19 de mayo de 1944
Querida Kitty:
Desde ayer, no me siento bien, y he vomitado. He tenido dolor de vientre y todas
las calamidades imaginables. Hoy estoy un poco mejor, tengo mucha hambre, pero prefiero
abstenerme de porotos esta noche.
Todo sigue bien entre Peter y yo. El pobre muchacho necesita, mucho más que yo,
un poco de ternura. Se ruboriza aún cada vez que nos besamos al despedirnos por la noche,
y nunca deja de mendigar otro beso. ¿Seré yo lo bastante buena para consolarlo de la
pérdida de Muffi? Eso no importa, porque él es muy dichoso desde que sabe que alguien lo
quiere.
Después de mi difícil conquista, domino un poco la situación. Pero no hay que
pensar que mi amor haya disminuido. Peter es un encanto, pero en lo que se refiere a mis
sentimientos más profundos, me he cerrado nuevamente, en seguida. Si él quiere romper la
armadura una vez más, necesitará una lanza mucho más firme.
Tuya,
ANA
Sábado 20 de mayo de 1944
Querida Kitty:
Anoche, al volver del cuarto de Peter y entrar en casa, vi el florero de los claveles
por el suelo, a mamá de rodillas con un trapo y a Margot tratando de pescar mis papeles.
—¿Qué sucede? —pregunté, con aprensión, y sin esperar respuesta comencé a
apreciar el daño.
Mi carpeta de árboles genealógicos, mis cuadernos, mis libros ¡todo flotaba! Estuve
a punto de llorar, y tan conmovida que hable a tontas y a locas; no recuerdo qué dije, pero
Margot me ha repetido exageraciones, tales como "irrevocablemente perdido, espantoso,
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