El diario de Anna Frank | Page 134

Gentileza de El Trauko http://go.to/trauko comer constantemente el mismo menú. Por largo tiempo hemos tenido sucesivamente escarolas con arena y sin arena, un puré de verduras con patatas, hervidas o a la sartén; espinacas, nabos, salsifíes, pepinos, tomates, coles, etc. No es divertido, por ejemplo, comer chucrut todos los días en el almuerzo y en la cena, pero uno se resigna cuando tiene hambre. Actualmente atravesamos el peor momento, porque no se encuentran verduras frescas. Nuestros almuerzos de esta semana constan de porotos, guisantes partidos, patatas con bolitas de harina, o patatas simplemente, nabos (por amor de Dios) o zanahorias podridas, y se vuelve a los porotos. Comemos papas en todas las comidas, empezando por el desayuno, a causa de la falta de pan. Para la sopa utilizamos porotos blancos o colorados, y patatas o paquetes de sopa Juliana, a la reina, y otra vez porotos colorados. Todo está mechado de porotos colorados, lo mismo que el pan, que los contiene en buena parte. Por la noche, comemos siempre patatas aderezadas con salsa sintética, y, además, por suerte, una ensalada de zanahorias podridas, de nuestra reserva. Una pequeña referencia a las albóndigas, que fabricamos con la harina del panadero y con levadura: ellas empastan la boca, y son tan pesadas, que causan la impresión de tener piedras en el estómago. Pero dejemos eso. Nuestras golosinas, una vez por semana, son: una tajada de paté de hígado, y mermelada sobre pan seco. No solamente seguimos con vida, sino que, a veces, hasta nos regodeamos con nuestra comida frugal. Tuya, ANA Martes 4 de abril de 1944 Querida Kitty: Durante mucho tiempo, he estudiado casi sin saber cuál, es mi objetivo; el final de la guerra se. halla todavía espantosamente lejano, y parece irreal, un cuento de hadas. Si no termina en septiembre, nunca más volveré a la escuela, pues no me gustaría estar dos años atrasada en mis estudios. Mis días sólo han sido colmados por los pensamientos y los sueños vinculados a Peter; sólo me ocupo de Peter, hasta sentir una desazón de la que no tienes idea. El sábado fue terrible. En el cuarto de Peter me pasé el tiempo reteniendo las lágrimas; poco después reí con un Van Daan algo alegre por el ponche de limón, me mostré alegre y extravertida. Pero, una vez sola, después de haberme puesto el camisón, me dejé resbalar al suelo, e hice mis rezos, largos e intensos; luego me desplomé y me eché a llorar. Un sollozo fuerte me devolvió la conciencia y puse fin a mis lágrimas para que no me oyeran. Después traté de armarme nuevamente de valor, diciendo: "Es necesario; es necesario, es necesario...". Acalambrada por mi acurrucamiento, me acosté; eran casi las once y media. Había terminado. Y ahora ha terminado de veras. Se trata de estudiar para no ser ignorante, para adelantar, para llegar a ser periodista, que es lo que quiero. Estoy segura de poder escribir, de ser capaz de hacerlo, algunas de mis novelitas pueden pasar, mis descripciones del anexo no carecen de agudeza, hay párrafos elocuentes en mi diario, pero... de ahí a saber si tengo verdadero talento... 130