Gentileza de El Trauko
http://go.to/trauko
admiración. Todo marchará bien cuando pueda conquistar a Peter, pues lo admiro desde
muchos puntos de vista. ¡Es tan amoroso!
Tuya,
ANA
Domingo 19 de marzo de 1944
Querida Kitty:
El día de ayer fue para mí muy importante. Había decidido hablar francamente con
Peter. En el momento de sentarnos a la mesa, pude cuchichearle:
—¿Practicas taquigrafía esta tarde, Peter?
—No —repuso.
—Quisiera hablarte en seguida. ¿Conforme?
—Sí.
Después de secar los platos, para salvar las apariencias, me quedé primero con sus
padres, sentada junto a la ventana. Poco después, fui a reunirme con él en su habitación; se
había quedado de pie, a la izquierda de la ventana abierta; yo me puse a la derecha, y
hablamos. La oscuridad relativa de afuera se prestaba más a la conversación que cualquier
luz, facilitando las cosas para mí, y también para Peter, si no m e equivoco.
Nos dijimos tantas cosas, que nunca podría repetirlas completamente. Pero fue
maravilloso. La más hermosa velada que haya pasado en el anexo. Te diré en forma serena
los diferentes temas de nuestra conversación. Ante todo, las disputas; le dije que eso no me
afectaba ya tanto como el abismo que se había abierto entre nosotros y nuestros padres.
Peter escuchó mis historias de familia.
En determinado momento, inquirió:
—Ustedes se besan todas las noches antes de acostarse, ¿verdad? Un beso en cada
mejilla, ¿eh?
—¿Uno solo? No, muchos, muchos. Apuesto a que no es tu caso.
—No, yo casi nunca he besado a nadie.
—¿Ni siquiera a tus padres para tu cumpleaños?
—Sí, es verdad.
Reconocimos que ninguno de nosotros confiaba en nuestros padres: los de él habían
tratado de ganarse su confianza pero él no quiso concedérsela. Huía a la buhardilla para
renegar completamente solo. En cuanto a mí, le dije cómo de noche, en la cama, daba
rienda suelta a mis lágrimas. Le hablé también de mi amistad con Margot, muy reciente
después de todo, y sin poder decírnoslo todo, porque estábamos siempre juntas. Hablamos
un poco de todo. ¡Oh, ya lo sabía yo! ¡Lo encontré exactamente como me lo imaginaba!
Luego, hablamos de 1942, ¡qué distintos éramos en aquella época! No nos
reconocemos como las personas de entonces. Al principio, ninguno de los dos podía
119