El Corán y el Termotanque | Cuarto Número | Page 9

Un colectivo amarillo y negro estacionó sobre el cordón de la calle. —¡Es ese, lo vi por Internet!—, exclamó una de las compatriotas. Rápido, se dirigieron a formar la fila correspondiente para dejar el equipaje y subir. La azafata lucía una blusa fucsia, una pollera tubo negra y un pequeño sombrero que no se quitaría durante las próximas trece horas de viaje. Le entregó el boleto y el pasaporte en silencio, y una palabra incomprensible que acompañó con una sonrisa de cortesía fue la respuesta. Arriba buscó el número de butaca y comprobó que el asiento de su lado derecho estaba ocupado por una joven. Pidió permiso a través de señas y se sentó. Claro que el idioma checo no lo conocía ni de vista, por eso decidió pronunciar algunas frases en inglés (aprendidas durante su etapa escolar) para entablar un mínimo diálogo con la desconocida. Era eslovaca y no hablaba muy bien inglés, le dijo. Dos extrañas que no manejaban el lenguaje universal estaban condenadas a los ademanes y al silencio absoluto. Ella ya se estaba acostumbrando al ensimismamiento, a que las palabras no la tocaran, a lo indecible. El colectivo comenzó la marcha por una carretera que en nada se asemejaba a la de su país. Ya acomodada, intentó, sin lograrlo, ver una de las películas disponibles del ómnibus (cada butaca disponía de una pantalla), pero estaban en checo con los subtítulos en inglés (prometió regresar y retomar el estudio del idioma). Entonces, decidió dormir, o al menos, reposar algunas horas. El murmullo secreto de los pasajeros que cada dos horas descendían a estirar las piernas, una geografía extraña (incluso fría) y el miedo a no bajar en el lugar correcto, le truncaron el sueño. Supuso, sin embargo, que sus coterráneas, sentadas más adelante, la despertarían si eso ocurriese. El sol que comenzaba a despuntar (del otro lado del océano, su marido recién se acostaba) le permitió vislumbrar algunos carteles de ciudades como Viena, y también edificios, parques, autos. No obstante, le era imposible descifrar las palabras es