El Corán y el Termotanque | Cuarto Número | Page 30

Mira el ring y se le hace pampa abierta. No puede ser. Debería haber un ring: «¿Qué hago ahora en esta anchura?», inquiere a Dios. Sabe que está jugado. Puede sentir el viento. Puede escuchar que ya viene la patrulla enfurecida. Puede oír nítidamente: ¡Entregate, Martínez! Y también puede temblar. Si se rinde lo achuran, si los enfrenta no tiene chance. Todos pertrechados y a caballo. Él está solo y a pie. Se pone en guardia y es cuando escucha una voz familia