EL CORONEL NO TIENE QUIEN LE ESCRIBA El coronel no tiene quien le es - Gabriel Garcia M | Page 19
esperar» , dijo la mujer inicialmente. Pero la expresión de su marido la obligó a
reflexionar. El coronel se sentó en la cama, los codos apoy ados en las rodillas,
haciendo sonar las monedas entre las manos. « No es por mí» , dijo al cabo de un
momento. « Si de mí dependiera haría esta misma noche un sancocho de gallo.
Debe ser muy buena una indigestión de cincuenta pesos» . Hizo una pausa para
destripar un zancudo en el cuello. Luego siguió a su mujer con la mirada
alrededor del cuarto.
—Lo que me preocupa es que esos pobres muchachos están ahorrando.
Entonces ella empezó a pensar. Dio una vuelta completa con la bomba de
insecticida. El coronel descubrió algo de irreal en su actitud, como si estuviera
convocando para consultarlos a los espíritus de la casa. Por último puso la bomba
sobre el altarcillo de litografías y fijó sus ojos color de almíbar en los ojos color
de almíbar del coronel.
—Compra el maíz —dijo—. Ya sabrá Dios cómo hacemos nosotros para
arreglarnos.