EL BOLCHEVISMO DE MOISÉS A LENIN - DITRICH ECKART EL BOLCHEVISMO DE MOISÉS A LENIN - DITRICH ECKART | Page 9

recurso que lavarse las manos y acabar sentenciando a muerte a Cristo a sabiendas de su inocencia: "por los dioses, allá vosotros con vuestros turbios manejos" . Si vemos todo eso, ¡entonces hasta un niño cobraría conciencia de lo muy explícitas que resultan ya las pruebas por aquel entonces!». Hitler coge el Antiguo Testamento, y tras una breve búsqueda apela a mi atención: «¡Aquí, míralo tú mismo, aquí está la receta con la que los judíos cocinan ancestralmente su sopa del demonio! Los antisemitas como nosotros somos tipos poco recomendables. Siempre andamos husmeándolo todo; sólo que a veces pasamos por alto justo lo más importante». Entonces Hitler lee con potente voz, matizando cada palabra: "Revolveré a egipcios contra egipcios, peleará cada cual con su hermano, y cada uno con su compañero, ciudad contra ciudad, reino contra reino. El espíritu de Egipto quedará quebrantado en su interior, y sus planes anularé. Y entonces consultarán a los ídolos, a los brujos, a los augures y adivinos en busca de agüeros" (4) . Sonríe amargamente y dice Hitler: «Sí, y entonces consultarán al Dr. (5) Cuno , al Dr. Schweyer (6) , al Dr. Heim (7) y a toda la chusma habida y por haber de augures y adivinos, que cómo es que se ha desembocado en semejante pocilga; y ellos les contestarán en tono recriminatorio: "Sóis vosotros los propios culpables. Carecéis de conciencia y disciplina racial, de fe; el provecho propio y la pedantería son lo único que cuentan para vosotros. Y ahora resulta que van a ser los judíos los culpables otra vez. Pero cada vez que los pueblos han tenido necesidad de un chivo expiatorio ha ocurrido así. Siempre en tales ocasiones se ha desahogado todo sobre los judíos, cebándose en su tormento. Únicamente a causa de que tenían dinero; a causa de no podían defenderse. ¿Es acaso de extrañar entonces que pueda haber algún judío aislado que se haya pasado de la raya? En todas partes hay ovejas descarriadas; como si no hubiera multitud de judíos decentes, vamos. Lo que deberíais hacer es tomar ejemplo de ellos; de su religiosidad, de su sentido familiar, de su frugal conducta de vida, de su predisposición al sacrificio, y especialmente de su solaridad mutua. ¿Y qué hacéis vosotros mientras tanto? Andáis a la greña como perros y gatos, esto es la locura desatada"». «Y así, mientras estos augures y adivinos continúan interminablemente con su cháchara, una vez que todas las casas, pero claro está, sólo las judías, tengan ya la marca de sangre (8) , llegará la noche en que las masas soliviantadas, conducidas por judíos, irrumpirán en el resto de las casas para caer sobre los primogénitos de Egipto (9) de turno, y esta vez no sólo sobre ellos». «¿Qué fue si no lo que pasó aquí en Munich durante la época de los "Consejos"?» -dejo caer yo. «Aunque las casas de los judíos no estuvieran explícitamente marcadas con sangre, tuvo que haber algún tipo de oculta consigna impartida, ya que entre los numerosos registros domiciliarios efectuados ni uno sólo tuvo lugar en casa de un judío. Ante la pregunta al respecto que le hice a uno de los obtusos brigadistas rojos que entonces me tenían bajo custodia, éste se limitó a declarar que las de ellos estaba prohibido registrarlas. Tanto es así que ni uno sólo de los detenidos era judío, quitando al tal Prof. Berger, al que si le cogió el toro fue sólo porque solía ausentarse largas temporadas de Munich y además el tío encima era el más huraño del mundo, con lo que los demás judíos ni le conocían. Cuando quisieron intervenir ya era demasiado tarde. Pese a ello, esta muerte les vino muy apañada: Los cuentos de guetto suscitados por este Mordecai del demonio no se han dejado 7