EL BOLCHEVISMO DE MOISÉS A LENIN - DITRICH ECKART EL BOLCHEVISMO DE MOISÉS A LENIN - DITRICH ECKART | Page 45
Talmud? Nuestros estadistas ya tienen bastante que hacer intentando acabar
de leer todo lo escrito por Courths-Mahler (138) .
«En esencia,» -reflexiona Hitler- «el Talmud no es otra cosa que el
explayamiento acabado de la moral judaica veterotestamentaria, así que
debido a ello debía corresponder a la fuerza con el innato carácter judío.
Verbigracia, allí donde un Salmo hace que Jehová diga a sus judíos: “Vosotros
sois dioses”, el Talmud, con su afirmación de que aquel que haya golpeado a
un israelita ha golpeando a Dios mismo, se limita a sacar la consecuencia
lógica de ello. Y allí donde en el Antiguo Testamento se practica el recuento de
los siervos y siervas gentiles tras el de las ovejas, asnos y camellos,
meramente se está proporcionando al Talmud el fundamento para ese
malévolo ordenamiento jerárquico suyo en el que declara que todos los gentiles
son asimilables a cerdos y simios (140) .»
«El Eclesiástico» -completé yo- «aulla: “... siembra tu temor sobre todas las
naciones. Alza tu mano contra las naciones extranjeras, para que reconozcan tu señorío. (...)
Que el fuego de la ira devore al que se escape... Aplasta la cabeza de los jefes enemigos, que
dicen: ‘Nadie más que nosotros’”, y el Schulchan Aruch rechina con estruendo:
“Derrama oh Señor tu cólera sobre los goim, que no tienen conocimiento de ti, y sobre los
Imperios que no invocan tu Nombre. Persíguelos con tu ira y extingue su simiente bajo los cielos
divinos”. Ambos pasajes (141) contienen la misma amenaza, con la única
diferencia de que el Schulchan Aruch acentúa consecuentemente que hay que
exterminar a todos aquellos que no juren en nombre de Jehová».
«Y con una doctrina moral tan abominable en su conciencia,» –dijo
Hitler alterado- «tiene el descaro de afirmar Mosses Mendelsohn, el supuesto
prodigio del judaísmo moderno, que “el dominio sobre el orbe del mundo corresponde
por derecho a los judíos” (142) . ¡Para lo cual se fundamenta en los valores de su
espiritualidad religiosa! Y eso que, dado su carácter de veterano estudioso del
Talmud, se conocía al dedillo no sólo estos pasajes que hemos sacado a
colación aquí -que no son sino un pequeño botón de muestra, sino en no
menor medida la totalidad de ese inmenso reservorio de la infamia. ¡Ah, el muy
embustero, el pedazo de embustero hasta la médula, la misma quintaesencia
destilada de la mentira!»
«Berlín entero» –dije yo- «se deshizo en entusiasmo, como en
respuesta a una voz de mando, ante el “sabio”, el “noble” Moses. ¡Goethe sí
que no se dejó engañar por este piadoso trilero, del que dijo que era un “vivales
judaico”! (143) . El sabía de qué iba la cosa: “¡Oh desdichado cristiano! Tendrás
que limitarte a permanecer inmóvil, Ya puedes quedarte sentado, hasta que él
haya dejado el zumbido de tus alitas coger la medida ...buscar las vueltas.
No hubo alma alguna que se diera cuenta de la prestidigitación por la que el
incomparable Moses, al hilo de sus transustanciadoras lecciones filosóficas, a
su vez se transustanció en sí mismo, y como por ensalmo, de humilde
preceptor particular en archiacaudalado fundador de la casa bancaria
Mendelsohn; vamos, que se absolvió de atravesar el consabido “ojo de la
aguja” por medio de un amplio rodeillo. Esa triquiñuela hoy ya extendida de
presentar al pueblo judío en términos de mera comunidad religiosa, fue en su
momento el constante estribillo original de este filántropo. Que, a tenor de
cómo sigue siendo esgrimido aún hoy en día por los judíos, ha acabado
consolidándose como una de sus estratagemas favoritas en lo de barrer para
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