EL BOLCHEVISMO DE MOISÉS A LENIN - DITRICH ECKART EL BOLCHEVISMO DE MOISÉS A LENIN - DITRICH ECKART | Page 40
ha vuelto más abierto al mundo, de una mayor cultura, más universalista”, y
continúa por el estilo.»
Hitler arrojó al lado despectivamente el lujoso tomo ilustrado; «no» -dijo,
«esa gente no puede referirse a Lutero “sin más ni más” ni de ninguna de las
maneras. El mundo se ha vuelto para ellos tan abierto, tan penetrado de
cultura, tan universal, que una unívoca alemanidad se les ha convertido en un
obstáculo en el camino. Con sus escritos contra los judíos, Lutero les hizo
polvo a base de bien el estómago. Les vale como mascarón de proa para
casos de necesidad, pero cuando transcurre ese instante –“¡hasta luego,
Lucas!”. El reverendo Cachalotez se ha engullido enterito al hermano Martín, y
el reverendo Golondrinez gorjea las correspondientes bendiciones».
VII
«Así que en todos los campos» –dije inclinando la cabeza en señal de
aprobación-, «más o menos agazapado en la oscuridad, más o menos
poderoso, se encuentra el Mefistófeles. También en torno a Zwinglio (123) , como
su mejor amigo, se mueve un León Judío. Es posible que en este caso engañe
el nombre; el curso evolutivo del movimiento le rendirá honores. Suiza la libre
sigue hoy día sin percatarse de lo poco libre que es. El noble Loyola (124) se
revuelve contra el espíritu que considera como luterano, en esencia es el judío
de origen polaco Polanco el que le inmiscuye en ello, con lo que los judíos
llevan las riendas en la mano. La teología moral de los jesuitas guarda una
endemoniada similitud con la honorable moralidad del Talmud. Tanto en un
extremo como en otro ríen los que tiran de los hilos; pues tanto en un extremo
como en el otro son del mismo arte y condición. Tal como marchan las cosas,
ello supone el continuo silbato final para cualquier ataque. Resulta evidente por
sí mismo que de esta manera a la judería no se le toca ni un pelo. El mismo
cuadro entre las mayorías socialistas, los independientes, los comunistas, los
sindicalistas, los bolcheviques. El mismo cuadro entre las naciones. Hay que
decir que es una perspectiva de lo más halagüeña».
«Y revolveré a egipcios contra egipcios, peleará cada cual con su
hermano, y cada uno con su compañero» –bramó Hitler. «¡Vaya odio, vaya
odio tan diabólico! ¿Es siquiera humano? ¿O qué será si no?».
«Esto, querido amigo» –dije en tono de burla- «es la “genialidad del
corazón”, mediante la cual, según el judío Fritz Kalin, Israel se ha convertido en
“la madre ética de la humanidad”. Estos tipejos son verdaderamente
encantadores en su desfachatez. Moisés es para él “un acontecimiento
prácticamente único” en la historia de las civilizaciones: “un héroe nacional sin
armas”; mientras que en torno a “los broncíneos héroes de nuestras plazas”, a
saber, en torno a nuestras estatuas del Príncipe Eugenio, de Blücher, y así
sucesivamente, “resuenan en las noches de tormenta los gemidos de dolor de
las viudas”. ¿Pues entonces qué es lo que utilizó de hecho Moisés cuando
masacró a los primogénitos de Egipto? ¿Pastitas de miel? ¿O es que en
definitiva fueron aplastados de puro amor? Por lo visto la chusma del pueblo no
habría consistido más que en un montón de hermanitas de la caridad. Sin
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