sustituir al Emperador francés, que ya no era de su confianza, por un Presidente más apropiado; contaban además con que sería posible introducir la Comuna aprovechando la ocasión; ¡ así que venga, a soltar al Heldenvolk( pueblo heroico)! No hay que extrañarse de que entreverada tras la estela de nuestros príncipes y generales hiciese su entrada en París una vivaracha camarilla de gesticulantes financieros judíos( 36). En el intervalo transcurrido hemos vuelto a ser degradados a la condición de gentuza. La prensa, la herramienta predilecta del Anticristo, tal como la llamaba Bismarck( 37), nos ha convertido ahora en los boches, en los hunos. ¡ Pero no hay más que esperar sentado! Iremos deviniendo más admirables en la misma medida en que vaya incrementándose nuestro proceso de bolchevización. Hasta que llegue un buen día en que los que sean el lúmpen serán ya los franceses y los ingleses. A quien tenga ojos para ver no le hará falta ser un lince para ver esto. Ya hace años cierto hebreo vocingleró así desde un periódico inglés de gran difusión:“ Soy súbdito británico, pero primero y ante todo judío”( 38). Y otro así:“ Quien se vea obligado
a elegir entre sus deberes como inglés y sus deberes como judío, deberá decidirse por lo último”
( 39). Y un tercero:“ los judíos que pretenden ser patriotas ingleses y buenos judíos al tiempo
son sencillamente mentirosos vivientes”( 40). Qué judaizada no tendría que estar ya Inglaterra en ese momento como para que puedan haber incurrido tan manifiestamente en tales atrevimientos ».
« Empezando por Cromwell hasta Eduardo VII incluido, ha sido la ciudadela del judaísmo europeo » – enuncio yo. « Los puritanos acudían al campo de batalla enarbolando el Antiguo Testamento como estandarte; el león de Judea. También se hizo honor a la profecía de Isaías de que“ todos vuestros príncipes conocerán el fin”: Cromwell mandó decapitar a su Rey Carlos I. Una vez pude contemplar en persona al masón de alta graduación Eduardo VII: la imagen clásica de un judío de la Bolsa. También estaba rodeado de judíos de pura cepa. Entretanto la central parece haberse trasladado a América. Hacía ya largo tiempo que ese era un suelo propicio. Sombart afirma que fueron fondos judíos los que hicieron posible los dos primeros viajes de Colón( 41); el primer europeo que habría pisado suelo americano sería también un supuesto judío, Luis de Torres. Pero lo que tiene más arte es que, según él, recientemente hasta el propio Colón ha sido reclamado por los judíos como propio ».
«¡ Ah, eso por supuesto!» – dice Hitler riéndose a carcajadas. « Todo lo que haya desempeñado un papel de importancia en el mundo, incluido hasta el bueno de Dios, por descontado que es judío. Goethe y Schopenhauer forman asimismo en el pelotón. Quien entre a semejante trapo acabará tarumba. Por mi parte les niego tanto el extremo de Colón como el de Torres. En aquella época el mar ofrecía aún menos alicientes que hoy ».
« Según Hauser »,-reitero yo-, « Colón era de ascendencia germánica, incluso tal vez de ascendencia estrictamente alemana ».
« Me importa un rábano » – insiste Hitler-, « por mí como si era un cafre zulú. Antes le concedería la realización de esa acción a un negro que a un judío. El que los hijos de Israel hayan sacado tajada de ello a velocidad de vértigo es ya harina de otro costal. Sabiendo como son, ya deben andar a la caza de alguien que haya sido capaz de llegar a la constelación de Sirio. El querido prójimo de residencia terrestre comienza a saberles ya a poco ».
« Sombart escribe que no hay país que se halle más“ colmado a rebosar” del espíritu judío( 42). Ya pudimos rastrear las huellas de ello en la Guerra Mundial. Estás al tanto como yo de que a instancias de una Comisión especial
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