EL BOLCHEVISMO DE MOISÉS A LENIN - DITRICH ECKART EL BOLCHEVISMO DE MOISÉS A LENIN - DITRICH ECKART | Página 11

refriega con los egipcios. Las siete vacas macilentas, los silos a reventar de grano, el Faraón del momento totalmente cogido en las pinzas judías, y José, ¡"el Padre de la Nación"!, (14) empieza a usurear con el grano disponible; de nada valen lamento tras lamento: el judío se mantiene férreamente en su cierre a cal y canto de los graneros, hasta que los egipcios a cambio de un poco de pan le entregan primero toda su plata, luego todos sus ganados, luego sus tierras de cultivo, y como remate echan al saco hasta su misma libertad (15) . La capital del Imperio bulle a reventar de judíos: el viejo Jacob se ha asentado en ella, sus hijos se han asentado en ella, y los hijos de sus hijos, y sus hijas, y las hijas de éstas, y toda su simiente, ahí va el revoltijo entero de detritus (16) . Y José "lloró largo tiempo" de la alegría que sentía. Unos lloros curiosamente precedidos de esta frase: "Yo os entregaré en propiedad lo mejor de Egipto, y comeréis lo más pingüe del país" (17) . Pero después de muerto ya este glorioso ciudadano egipcio de fe judía, a la edad de ciento diez años, llegó otro Faraón, que ya "nada sabía de José", al que le asaltaron el miedo y el recelo ante la amenazadora extensión que había alcanzado la "multitud judía" (18) en el ínterin. Tenía ciertos temores: "No vaya a ser que en caso de guerra ésta se una con nuestros enemigos"; vaya, parece que era más listo que Guillermo II, que en cambio esperaba recibir ayuda de su parte. Y entonces pone manos a la obra. Ahora los judíos iban a tener que trabajar. Inaudito, así como lo oyes: trabajar;