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Ciudad de México / Julio 31, 2020.
#Riesgos #Seguros
Vulnerabilidad digital, agonía económica y desigualdad
social, secuelas de la pandemia
Cuando Herrera Perdomo
tomó la palabra, señaló
que las amenazas sanitarias,
sociales, tecnológicas
y climatológicas que
enfrenta el orbe podrían
amplificarse a causa de la
COVID-19. En tal sentido,
indicó que las organizaciones
y las sociedades no
deben subestimar dicho
contexto debido a que un
nuevo cúmulo de riesgos
emergentes debe de estar
cristalizándose en el corto
plazo, lo que provocará
un panorama social y
natural difícil de sortear y
que indudablemente le inyectará
aún más presión
a las ya de por sí deterioradas
economías de los
Aideé Zamorano
países y a los debilitados
sistemas sanitarios.
Herrera Perdomo destacó que la COVID-19 ha representado
un freno en la actividad económica a escala
global; por consiguiente, dijo, es probable que dicha
coyuntura provoque cambios estructurales y duraderos
en los mercados en el corto plazo, ya que existe una
acumulación de deuda considerable en las naciones, lo
que producirá que el mundo se encamine hacia una
crisis económica y financiera profunda y muy extensa.
“La COVID-19 sorprende a los países con los niveles
de deuda pública más altos de la historia. Dicha situación
representa un obstáculo, sobre todo para naciones
emergentes, como México, visto que éste es un contexto
que limita su capacidad para modificar las políticas
en materia fiscal. Entonces lo que se aprecia es una
situación desafiante para los gobernantes, quienes no
tienen otra opción más que tratar de centrar esfuerzos
en el mantenimiento de los sistemas de salud ante una
pandemia que no cesa e incentivar el aparato productivo
para que la economía logre recuperarse”, explicó el
funcionario de Marsh Advisory.
Pandemia: no se ve la luz al final del túnel
Marcos Medina
@MmedinaMarcos
Como consecuencia de la irrupción de la pandemia de COVID-19 —fenómeno sanitario que ha provocado
una gran cantidad de alteraciones en la vida cotidiana de los países—, en los próximos meses
gobiernos, empresas y personas deben prepararse para un nuevo escenario de riesgos que será complejo,
puesto que tal realidad estará marcada por una peligrosa agonía económica que no cesará y que estará
acompañada por una grave vulnerabilidad digital (producida por la abrupta dependencia tecnológica) y por
una preocupante desigualdad social que será impulsada por el desempleo y la profundización de la pobreza.
Este ominoso pronóstico forma parte de la actualización del Informe de riesgos globales 2020, investigación
elaborada por el Foro Económico Mundial (WEF, por sus siglas en inglés) en colaboración con Zurich
Insurance Group y Marsh & McLennan Companies. La presentación nacional de la nueva versión del análisis,
cuyo título es Perspectivas de riesgos del COVID-19: un mapeo preliminar y sus implicaciones, se llevó
a cabo durante un webinar en el que participaron Gerardo Herrera Perdomo, director general de Marsh
Advisory en América Latina y El Caribe; y Aideé Zamorano González, responsable de Sustentabilidad en
Zurich México.
Gerardo Herrera
El diagnóstico presentado, resultado de la consulta a
340 expertos y responsables de la toma de decisiones,
también hace hincapié en que el mundo se encamina
hacia un retroceso peligroso en sus planes de sostenibilidad
ambiental. Al respecto, Herrera Perdomo
advirtió que los países no deben perder de vista que
los fenómenos meteorológicos extremos, producto del
cambio climático, son un factor que, combinado con la
diseminación del SARS-CoV-2, podría poner en jaque
la reactivación de las economías nacionales.
“La pandemia se mantendrá. Debemos ser conscientes
de que la reactivación económica y la instrumentación
de estrategias para fortalecer la red de salud
pública no se traducen en la mitigación del nuevo coronavirus;
por ello, los países tienen que diseñar estrategias
que tengan como eje medular la reconstrucción
sustentable mediante un enfoque prudente y normas
apropiadas que evitarán efectos negativos ante eventos
naturales imprevistos, puesto que el universo de
riesgos sigue moviéndose, tal como se demostró con
la nueva temporada de huracanes, la nube de polvo
proveniente del desierto de Sahara y el terremoto que
sacudió a Oaxaca y parte de México el pasado 23 de
junio”, abundó el director general de Marsh Advisory
para América Latina y El Caribe.
La dependencia tecnológica, continuó Herrera Perdomo,
también se aprecia como una amenaza nueva
que probablemente genere un entorno mucho más
complejo para los países en su afán de mejorar su desempeño
económico. Añadió que la COVID-19 generó
la marcada aceleración de procesos como la automatización
y la digitalización de muchas industrias, realidad
que podría afectar a los empleos y quizá produzca
un aumento considerable de la exposición a riesgos cibernéticos.
“La nueva agenda digital es un terreno fértil para
que cundan los ciberataques. Por si esto fuera poco,
las modalidades de colaboración corporativa, como el
teletrabajo, pueden generar las condiciones propicias
para que delitos como el robo de identidad y el fraude
con datos proliferen. Encima, no debemos obviar que
toda esta revolución tecnológica generará un aumento
muy preocupante en la brecha digital entre países
y organizaciones, puesto que aquellos actores que han
invertido recursos financieros en la adopción de herramientas
disruptivas tendrán mejores elementos para
desarrollarse frente a los que no tuvieron dicha visión,
lo que inevitablemente producirá una categoría nueva
de desigualdad en el mundo”, puntualizó el funcionario
de Marsh Advisory.
Imperativo, crear resiliencia frente
a lo desconocido
Por su parte, Zamorano González señaló que los
conflictos que enfrentará el orbe en el futuro cercano
orillan a los líderes gubernamentales y al sector privado
a trabajar en conjunto, de manera que puedan
abordar los riesgos emergentes identificados y logren
crear resiliencia para enfrentar las amenazas desconocidas
del porvenir; por ese motivo, agregó, es vital que
las agendas unilaterales se hagan a un lado y se tienda
a crear alianzas público-privadas que permitan restablecer
la economía global.
Por último, la responsable del área de Sustentabilidad
de Zurich México apuntó que hoy existe una preocupación
muy grande ante la posibilidad de que se
cristalice otro brote de alguna enfermedad infecciosa,
ya que dicho escenario pulverizaría a los sistemas de
salud y obligaría a la población a acatar nuevos confinamientos
sociales. Detalló asimismo que la grave
destrucción de miles de empleos por la COVID-19
podría incrementar el malestar social y afectará drásticamente
a la salud mental de la población.
“Aunque hay diversos focos de alarma, no todo
está perdido. Esta crisis también debe significar una
oportunidad para que las actividades comerciales se
rediseñen y otorguen nuevos valores agregados. En la
trinchera del sector asegurador también hay nuevas
posibilidades; sin embargo, es importante que las aseguradoras
estén atentas a las formas en que se comportará
el consumidor, una señal inequívoca de que es
posible desarrollar un abanico novedoso de soluciones
que ayuden a la población a adaptarse a la vida diaria
luego de este largo confinamiento social”, concluyó
Zamorano González.
Los siete principales riesgos
que enfrentará el mundo en los
próximos 18 meses
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Recesión global prolongada.
Quiebras y reconfiguración de la
industria.
Fracaso de las industrias en su
intento por recuperarse.
Alto índice de desempleo.
Movimiento restringido de personas
y bienes.
Debilitamiento fiscal de las
principales economías.
Interrupción en las cadenas
mundiales de suministro.
Fuente: Perspectivas de riesgos del COVID-19: un mapeo
preliminar y sus implicaciones, estudio elaborado por el Foro
Económico Mundial en colaboración con Zurich Insurance
Group y Marsh & McLennan Companies.