CAPITULO II: MARCO TEORICO
gran interés en el m-learning hoy en día. Sharples es uno de los
investigadores más activos en el campo del aprendizaje móvil.
Donna Abernathy, en el artículo "Get Ready for M-Learning", alerta sobre
el potencial de este tipo de aprendizaje. Abernathy observa que el m-
learning no tratar de sustituir el PC, sino que ayudará a complementar los
objetivos de aprendizaje de las empresas con herramientas instantáneas.
Entre 2002 y 2006, comenzaron a aparecer numerosos estudios
indicando que las tecnologías que soportan el m-learning se están
expandiendo y que comienzan a ser comunes en una gran variedad de
entornos de aprendizaje.
Seppala y Alamaki (2003) investigaron la formación e instrucción de
profesores finlandeses, utilizando la tecnología móvil en el aula. Sus
experiencias e inquietudes con la nueva tecnología se centraron en varios
factores. En primer lugar, señalaron que, dado que el 98% de los
estudiantes universitarios de Finlandia era propietario de teléfonos
móviles (2002), la enseñanza a través de las oportunidades que nos ofrece
el aprendizaje móvil, parece ser un paso importante en la revolución
digital del aprendizaje. En el estudio que llevaron a cabo usaron SMS
(servicio de mensajes de texto cortos) e imágenes, que almacenaron en un
servidor central. Los usuarios de este sistema podían descargar el
material en cualquier momento para su revisión y estudio. Los profesores
consideraron como segunda característica ventajosa la “posibilidad de
tomar notas en cualquier momento y la capacidad para trabajar los
contenidos durante el tiempo que diariamente dedicaban al
desplazamiento en tren, autobús, etc.”. Seppala y Alamaki llegaron a la
conclusión de que M-learning tiene una multitud de ventajas, y que esta
tecnología tiene un lugar en los modelos de enseñanza del futuro.
Attewell (2003) abordó una pregunta que muchos educadores y algunos
empleadores han tenido sobre el aprendizaje móvil, especialmente en
relación con los usuarios más jóvenes. Algunos estudios han cuestionado
si el uso de los mensajes de texto (SMS) podrían ser perjudiciales para la
formación en gramática (vocabulario y ortografía) de los estudiantes.
Attewell está de acuerdo en que estos temas son preocupaciones a tener
en cuenta, y sugiere más investigación sobre el aprendizaje móvil. Jill
Attewell, junto con Mark Sharples, es una de las investigadoras más
activas en el campo del aprendizaje móvil.
Los investigadores también han estudiado la manera en que se está
generalizando la tecnología móvil hoy día y la manera en que se expande.
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