CAPITULO II: MARCO TEORICO
2.1.5.1 Las Habilidades Espaciales, el género y la edad
Desde la influyente publicación de Maccoby y Jacklin (1974), las
diferencias de género en tareas espaciales, y concretamente en tareas de
rotación mental, han sido extensamente debatidas. Las investigaciones
avalan la existencia de diferencias de género en favor de los hombres en
habilidades espaciales, principalmente debida a los procesos relacionados
con la subcomponente de rotación mental. El meta-análisis de Linn and
Petersen (1986) sugiere que esto depende del tipo de tarea espacial: se
encuentran pequeñas diferencias en percepción visual, mayores
diferencias en tareas de rotación mental a favor de los hombres, y no se
encuentran diferencias en tareas de visualización espacial. Esto provoca
que muchas mujeres no accedan a titulaciones de ingeniería, que tengan
mayor dificultad en afrontarlas o que las abandonen prematuramente. Se
observan mayores diferencias en tareas de rotación mental en la
población adolescente y adulta, en contraste con las pocas diferencias
encontradas entre niños y niñas pre-adolescentes (Voyer, Voyer, &
Bryden, 1995).
Relacionado con esto, la investigación ha encontrado que las habilidades
espaciales se ven afectadas por la edad del individuo. Mejora con la edad
en la infancia, pero declina en los adultos (Pak, 2001). Piaget e Inhelder
(1971) realizaron importantes aportaciones en su intento de explicar cómo
y cuando se desarrolla en los sujetos los aspectos relacionados con las
habilidades espaciales. Las HHEE, en su contexto de habilidades que se
pueden entrenar, alcanzan un máximo entre los 14 y 18 años para después
ir bajando lentamente. Es por ello que, a partir de los 18 años, la edad
juega en contra del nivel de habilidades espaciales.
2.1.6 Las habilidades espaciales y las herramientas de mejora
Algunos autores han basado su trabajo en la hipótesis de que las
habilidades espaciales se pueden mejorar si se utilizan herramientas
adecuadas que faciliten la comprensión de los conceptos y de las
relaciones entre las representaciones bidimensionales y las
tridimensionales. La aparición de las nuevas tecnologías ha propiciado
que, desde mediados de los años noventa, distintos grupos de
investigación hayan propuesto herramientas novedosas para la mejora de
estas habilidades.
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