humanos y materiales contar, y cómo organizar nuestra escuela y nuestra práctica
educativa para que todo lo demás sea una realidad.
Conviene recordar que el alumno con discapacidad auditiva, antes que sordo
es persona, y por eso se debe también dar respuesta a ciertas necesidades
compartidas con el resto de los alumnos a esas necesidades que, como persona,
tiene de desarrollarse cognitiva, motórica, afectiva y socialmente. Esto significa
que la propuesta educativa para los sordos ha de tener como marco de referencia
el currículo ordinario, es decir, los mismos objetivos generales que el resto de los
alumnos, y no un currículo paralelo basado sólo en el aprendizaje de la lengua
oral.
Con este punto de mira, proporcionar al alumno sordo las capacidades que
prescribe el currículo ordinario, vamos a sugerir, con carácter general, posibles
adaptaciones curriculares tanto en los elementos básicos como en los elementos
de acceso con el fin de posibilitarlo.
Abordaje integral para lograr la
inclusión
Para lograr la inclusión se debe trabajar varias partes que son:
Familiar:
a) Ofrecerle educación
b) Usar la lengua de signos como herramienta de interacción comunicativa
y como lengua de enseñanza.
c) Llevarlo al medico para que le hagan su control y poder saber su nivel
auditivo para así colocarle los audífonos especiales