Es posible que dentro de unos años se pueda saber mucho más sobre el
Trastorno de Déficit de Atención e Hiperactividad y de los demás trastornos del
Espectro, ya que, existe un interés creciente por la comunidad científica
internacional por seguir avanzando y profundizando en el conocimiento de estos
trastornos para potenciar al máximo el desarrollo y la calidad de vida de las
personas afectadas.
El educando, ha de considerarse como una unidad bio-psico-social y eje
central del hecho educativo donde sus características son el producto de una
interacción compleja y dinámica entre la integridad de su Sistema Nervioso (bio),
sus emociones y cogniciones (psico) y su medio familiar, educativo y comunitario
(social). Si el sistema nervioso del individuo con Trastorno de Déficit de Atención
e Hiperactividad está afectado y, por ende, funciona de manera diferente, esta
persona tendrá una forma particular de enfrentarse y aprender del medio que lo
rodea.
Con respecto a los aspectos curriculares, Bazzanca (2004), en su trabajo
de campo titulado “Influencia del contexto familiar en el Desarrollo y progreso de
niños y niñas con Déficit de atención e Hiperactividad”, trabajo de grado
Universidad Pedagógica Experimental Libertador “ Rafael Alberto Escobar” UPEL,
Maracay. Resalta que para lograr una mejor interacción con el niño que presenta
el trastorno déficit de atención e hiperactividad, es de suma importancia la
presencia, dedicación y comprensión de los padres, acerca de este problema que
presentan estos niños, ya que con su ayuda ellos niños podrán obtener un mejor
desenvolvimiento tanto en la escuela como en su entorno social, logrando así una
mejor puesto que al integrar la mejoría en su conducta y falta de concentración,
por ello que la familia y la escuela deben aunar esfuerzos que optimicen la calidad
de vida del niño y su contexto.
Esta investigación guarda correlación, debido a que la familia juega un
papel importante, ya que con su apoyo pueden acelerar la maduración del niño