Adaptaciones curriculares para abordar este caso
¿Qué podemos hacer en el aula?
Sentarle cerca del profesor, mencionar su nombre, darle refuerzo afectivo,
pedirle que nos repita lo que hay que hacer, etc., o cualquier señal que acordemos
con el niño, para favorecer que su atención esté focalizada.
Disminuir los estímulos irrelevantes presentes en clase: colocándolos fuera
de su campo visual, creando un rincón sin estimulación donde pueda trabajar…
Poner la información de manera explícita, usando todo tipo de pistas,
recordatorios, señales (fichas, listas, dibujos, gestos…).
Marcadores de tiempo: No tienen conciencia del tiempo, hay que hacer que
lo vean como algo real con relojes, cronómetros…
Supervisarle y ayudarle a que se supervise.
Establecer rutinas, estructurando el funcionamiento de las clases.
Dar 5 minutos a toda la clase para organizar el material: lo que se necesita,
lo que no…
Avisar con tiempo los cambios que se efectúen en las rutinas.
Destacar los aspectos más importantes de la tarea: Si es necesario,
mostrarle paso a paso lo que tiene que hacer.
Darle alguna responsabilidad para que participe en la organización de la
Clase.
Mejorar la forma de dar órdenes.
Darle las instrucciones de forma breve, clara y concisa, si es necesario, por
escrito y pidiéndole que nos la repita.
Enseñarle auto instrucciones para focalizar su atención en la tarea y en los
pasos a seguir.
Dividir las tareas en pequeños pasos que su capacidad atencional pueda
asumir.