Cuando los padres están deprimidos o demasiado enojados como para
proporcionar atención al niño, éste se encuentra en una situación muy vulnerable,
ya que no obtiene ninguna estimulación del entorno y no podrá construir la imagen
de sí mismo y el mundo exterior.
Es de suma importancia que la promotora inicie lo más a tiempo posible el
trabajo de orientación a los padres. El objetivo más importante es animarlos a
atender, jugar y estimular a su niño pequeño, para crear un vínculo que dé
seguridad a su hijo y saber sus necesidades.
Social
El ámbito social del niño comprende las relaciones que establece con la
familia, la escuela y la comunidad, en convivencia con sus padres, hermanos,
instructor, compañeros y amigos. El niño con discapacidad visual, para
relacionarse bien con los demás, tiene que respetar límites de convivencia y
expresar gustos y emociones.
Por lo general, experimenta dificultad para comunicar sentimientos y en
ocasiones para controlar emociones; algunas veces, debido a una baja
autoestima, no reconoce su valor como persona, se torna retraído y se aparta de
los juegos con otros niños.
Las actividades para el ámbito psicosocial se dirigen hacia la expresión
verbal o gestual de los gustos, los afectos y las emociones del niño. La respuesta
del instructor a las expresiones del alumno debe ser de aceptación y acompañarse
de muestras de afecto, por ejemplo: palmadas afectuosas o ademanes afectivos
con expresiones como “tú puedes”, “bravo”, “así se hace, campeón”, “adelante” o
“qué bien lo haces”.