Hace ya más de una década, se advertía la posible necesidad de un puerto de aguas profundas como respuesta a los problemas de profundidad de canal de acceso que afectaban ya al puerto de Guayaquil y que se agravarían con el correr del tiempo en caso de no dragarse a mayor profundidad, una vez que nuestras costas fueran visitadas por naves de mayores dimensiones.
El sitio escogido por la iniciativa privada y que contaba con el beneplácito de las autoridades de ese entonces era Posorja. Lamentablemente, la crisis mundial del año 2008, produjo el congelamiento del proyecto por parte de inversionistas cada vez más preocupados por la óptica del Ecuador de ese entonces hacia el capital privado, especialmente el invertido en áreas que el estado considera“ estratégicas”
En tiempos más recientes y después de incursiones en direcciones diversas, los estudios contratados por el Estado a una consultora española, designaron nuevamente a Posorja como el sitio más idóneo dentro de la costa ecuatoriana para la construcción de un Puerto de Aguas Profundas( confirmando lo que la iniciativa privada había postulado una década antes) y luego de algún tipo de acuerdo con los promotores originales, el Estado
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