Pocos nombres de lugares en el Ecuador
despiertan tantos sentimientos de misterio y
aventura como “Llanganates”. Es muy posible
que la primera idea que venga a nuestras mentes
sea la de esos misteriosos parajes al oriente de
Píllaro donde Rumiñahui ordenó se escondiera el
tesoro de Atahualpa, tras la captura y muerte del
Inca
en
Cajamarca.
Esto, que se ha convertido en una poderosa
leyenda, ha despertado la atracción y ambición de
muchos buscadores de tesoros cuyas aventuras, en la mayoría de los casos han terminado en fracaso
y
muerte.
Es que llegar a la zona del supuesto tesoro conlleva una larga y ardua travesía por bosques y páramos
muy húmedos de la Cordillera de los Llanganates. El esfuerzo de la caminata, por lo accidentado de
la topografía, se ve compensada por parajes de ensueño que incluyen lagunas, bosques de neblina,
hasta un extraño páramo de frailejones. La historia se une a una biodiversidad fantástica, que
posiblemente sea el verdadero tesoro de los Llanganates.
El volcán Cotopaxi, un cono nevado casi
perfecto que se yergue a 5.897 metros de
altitud es algo único en el planeta y es quizá,
junto a Galápagos, el mayor símbolo de
nuestra geografía natural reconocida en el
mundo
entero.
Millares de montañistas de todas las
nacionalidades han logrado su cumbre y
otros tantos sueñan con hacerlo. Debido a
que se encuentra en el centro del callejón interandino y muy cercano a varias ciudades como
Quito y Latacunga, el Parque Nacional Cotopaxi es uno de los más visitados y seguramente
donde
muchas
personas
tocan
por
primera
vez
la
nieve.
El imponente Cotopaxi, uno de los volcanes activos más altos del mundo, domina todo el
paisaje del área protegida, que también incluye otros dos más pequeños, el Morurco (4.880
m), pegado al Cotopaxi, y el Rumiñahui (4.722 m), también muy cercano. El Cotopaxi se
encuentra en la zona denominada “Avenida de los Volcanes”, nombre que el naturalista
alemán Alexander von Humboldt en 1802 dio al conjunto de volcanes de la Sierra centro y
norte del Ecuador. El ecosistema predominante en el parque es el páramo, con su flora y
fauna especiales, por lo que la vegetación principal es de pajonal y pequeños arbustos de
altura.