Un volcán con dos cumbres, un cerro en
forma de corazón y una laguna de color verde
turquesa son los principales atractivos de esta
reserva. De sus estribaciones nacen las
vertientes para dos ríos importantes, el
Toachi, que corre hacia el norte por un cañón
de 40 metros de alto, y el Pilatón. Esto revela
la importancia de los bosques nublados de
esta reserva para la generación de agua de los
poblados y ciudades cercanas.
La reserva está dividida en cuatro secciones y
es posible que la haya visitado sin darse cuenta. La más grande incluye un bloque largo al
oeste del Quilotoa, donde nacen las vertientes y riachuelos que agua abajo alimentarán al río
Toachi.
La segunda zona, ubicada al noreste, es el bloque donde están los Ilinizas y el Corazón. El
tercer bloque está al suroccidente, separado de la sección más grande por la carretera
Latacunga – La Maná. El cuarto bloque es una especie de isla de 800 hectáreas que
básicamente rodea la laguna del Quilotoa.
Se encuentra junto al Parque Nacional
Cotopaxi. El Boliche es conocido por su
plantación de pinos y cipreses, que cubre 200
hectáreas y ha reemplazado casi por completo
al páramo. Los primeros árboles fueron
sembrados en 1928 en lo que era la hacienda
Romerillos, con la idea de recuperar los suelos
erosionados y “reforestar” el páramo. Eran
otros tiempos: hoy se sabe que estas
plantaciones afectan los suelos y la
biodiversidad de este ecosistema, y que el
páramo
no
necesita
llenarse
de
árboles.
Junto a esta área se encuentra la Estación “El Boliche” de la Empresa de Ferrocarriles del Ecuador
y, gracias a ello, cada fin de semana llegan cientos de visitantes a recorrer los atractivos que ofrece
esta área protegida.