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La muerte le parecía más que nunca deseable, porque habría puesto fin a sus sufrimientos. El 14 de junio de 1837, en Nápoles, asistido por sus amigos, el poeta dejó de existir a los 39 años. Fue sepultado en la pequeña iglesia de San Vitale, en Fuorigrotta.A trazar una biografía interior de Leopardi ayudan las muchas cartas de su Epistolario, tan llenas de sensibilidad y de emoción. Pero aún ayudan más las páginas de su Zibaldone, en las cuales es posible seguir, casi en un íntimo y cotidiano diario, los motivos de su ánimo y las reflexiones de su mente.Decididamente persuadido de las concepciones sensísticas ya triunfantes en el período del Iluminismo, él vió en el universo un juego de fuerzas mecánicas, dentro de las cuales la vida y la acción del hombre son solamente un insignificante elemento, y por eso la infelicidad humana le parece natural con esta condición y, en consecuencia, ineludible.Una visión, ésta, que muestran vanas las tantas ilusiones de los hombres: de la virtud al honor, de la gloria a la patria, de la libertad a la justicia. Pero contra estas conclusiones, muchas veces repetidas y razonadas, se rebelaba continuamente su sentimiento, incapaz de aceptarlas resignadamente, y atormentado por el vacío que de ellas derivaba. Ninguno de los escritores italianos del siglo XIX ha sentido como Leopardi la fascinación de las más queridas ilusiones, en contraste con el asiduo esfuerzo que él mismo realizó por demolerlas. Precisamente por esto, los razonamientos con los que él quiso persuadirse a sí mismo y a los otros de la verdad de sus convicciones, son bastante débiles, ineficaces y contradictorios en sede filosófica, y más bien contribuyen a develar el íntimo sufrimiento de su alma, y el surgimiento de su más viva poesía. Aunque Leopardi insistía en articular filosóficamente con razonamientos y demostraciones su pesimismo, su espíritu sensible, recogido en sus solitarias meditaciones, atento a escuchar las íntimas esperanzas y desilusiones, que continuamente se agitaban en su ánimo: su alma era esencialmente de poeta.yyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyy

Puede justamente parecer a algunos que Leopardi, precisamente por ese aislarse en su intensísimo mundo, haya tenido pocos nexos con su tiempo, y que su obra, aún la poética, quede separada de los movimientos de ideas, de las corrientes espirituales y literarias que fueron propias del siglo XIX.Cierto que él se mantuvo alejado, salvo una inicial adhesión literaria a las primeras ansias y esperanzas del Resurgimiento Italiano.

No participó mucho en el debate clásico-romántico de su época, aunque en 1816 escribió un Discurso entorno a la poesía romántica para que fuese publicado en la Biblioteca Italiana. uuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuu