cuando, en términos absolutos, no sean más verdaderas que las otras (en el sentido de
conformidad a la naturaleza profunda de las cosas), son, por el momento, las mejores en
lo que concierne a la supervivencia y a la organización de la vida de los hombres en
sociedad;
Consensualismo: la organización social y el mejoramiento de las condiciones de
existencia exigen la paz. Ahora bien, las ciencias que han llegado al estado positivo se
caracterizan por un método no violento para regular los conflictos de opinión que, en la
mentalidad religiosa y metafísica, son interminables o se dirimen de manera dogmática y
hasta con violencia física. El espíritu positivo permite regular los diferendos de manera
pacífica y consensuada por todos los que aceptan someterse a la regla de la
observación empírica, objetiva, es decir, repetible y compartida. Lo que ha de poner fin a
las discusiones es la comprobación de los hechos y no la ley del más fuerte ni del más
hábil. Ese consensualismo pacífico es un modelo para regular los conflictos entre los
seres humanos, sean los que fueren;
Estatismo: es mitigado y se refiere sobre todo a las ciencias que han llegado al estado
positivo, para las cuales Comte no espera ya ninguna revolución. Estas ciencias se
contentan con acrecentar o precisar un corpus de leyes del que ya se ha adquirido lo
esencial. Por tanto, todas las transformaciones profundas que ocurran en matemáticas,
en lógica o en física quedan al margen de la perspectiva del positivismo. Su concepción
de H