La idea como realidad objetiva requiere una
causa real proporcionada; luego, la idea de un
ser infinito requiere una causa infinita; luego, ha
sido causada en mí por un ser infinito; luego, el
ser infinito existe.
Como podemos comprobar en la ficha explicada
en clase, podemos concluir que Descartes
justifica la idea de Dios por vía gnoseológica, es
decir a través de la teoría del conocimiento
dispuesta por el mismo en el Discurso del
método. Siendo esto así, la idea de Dios se nos
presenta clara y distinta, de este modo el sujeto
no puede dudar de la misma, por mucha
industria que empeñe el “genio maligno”. Por
otro lado, también se puede argumentar que
para Descartes la idea de Dios opera como un a
priori, es decir para demostrar la existencia de
Dios no es necesaria la experiencia (a diferencia
de St. Tomás), es decir para demostrar la
existencia de Dios solamente es necesaria la propia idea de Dios.
Prueba de la existencia de Dios basada en la imperfección y dependencia de nuestro ser
Después de tener en cuenta la prueba de la existencia de Dios según San Anselmo, Descartes también considera
la existencia de Dios, más concretamente en la Tercera Meditación, en referencia a la dependencia de mi ser y la
imperfección del mismo.
La prueba parte de la contingencia del propio
hombre como ser finito y limitado, que no tiene
en sí mismo la causa de su ser. Dios es, en
consecuencia, la causa de nuestro ser. La
prueba está inspirada en la “tercera vía” de Sto.
Tomas de Aquino, no obstante Descartes
introduce sus propios elementos.
1) Parte de la consciencia de la propia
imperfección (dudo, soy ignorante de…)
2) Yo, mi ser entero (no sólo la mente) es
contingente. No sólo en cuanto su origen,
sino también en la imposibilidad de seguir
manteniéndome en el ser, está es la
particularidad de Descartes sobre Sto.
Tomas.
3) Descartes con respecto a la dependencia
existenciaria, descarta una escala de
seres, la cual podría resultar infinita. Por tanto, si soy un ser que piensa, quien me ha hecho y me
mantiene en el ser, también debe ser un ser pensante, y esa sería así como se presenta una cadena ad
infinitum. Pero la serie de causas para Descartes ha de ser necesariamente finita.
4) Dios existe y es Uno, y tenemos de forma innata tal idea en nosotros, precisamente porque él nos ha
creado y nos hace pensar en el ser.
Crítica al argumento ontológico
Finalmente se puede establecer una crítica al argumento ontológico, no obstante en la propia crítica hay
vicisitudes entre los distintos filósofos por ejemplo para Spinoza y para Hegel que el argumento ontológico sea
circular (razonamiento circular: la proposición a ser probada se incluye implícita o explícitamente entre las
premisas) no tiene inconveniente alguno y resta validez alguna a su demostración, del mismo modo es
conveniente recordar que Spinoza pertenece a la escuela racionalista y Hegel es el principal representante del
idealismo alemán muy influenciado por el propio B. Spinoza. Pero, por ejemplo para autores como Hume