DESCARTES DESCARTES. SANTA CLARA | Page 12

cuando hay pocas pero muy estrictamente observadas, así también, en lugar del gran número de conceptos que encierra la lógica, creí que me bastarían los cuatro siguientes, siempre que tomara la firme y constante resolución de no dejar de observarlos ni una sola vez. ● Consistía el primero no admitir jamás como verdadera cosa alguna sin conocer con evidencia que lo era; es decir, evitar cuidadosamente la percepción y la prevención y no comprender, en mis juicios, nada más que lo que se presentase a mi espíritu tan claramente y distintamente que no tuviese motivo alguno para ponerlo en duda. ● El segundo, en dividir cada una de las dificultades que examinaré en tantas partes como fuese posible y en cuantas requiriese su mejor solución. ● El tercero, en conducir ordenadamente mis pensamientos, comenzando por los objetos más simples y más fáciles de conocer, para ir ascendiendo poco a poco, como por grados, hasta el conocimiento de los más compuestos; y suponiendo un orden aun entre aquellos que no se preceden naturalmente unos a otros. ● Y el último, en hacer en todo enumeraciones tan completas y revisiones tan generales que estuviera seguro de no omitir nada”. Discurso del Método.6. Segunda parte R. Descartes. 3.2.2 La duda metódica: la primera verdad y su naturaleza. El entendimiento ha de encontrar en sí mismo las verdades básicas a partir de las cuales sea posible deducir el edificio entero de nuestros conocimientos. Este punto de partida ha de ser una verdad absolutamente cierta, de la que no sea posible dudar en modo alguno. Solo así el conjunto del sistema quedará firmemente fundamentado. La búsqueda de un punto de partida absolutamente cierto exige la tarea previa de eliminar todos los conocimientos, las ideas y las creencias que no aparezcan dotados de una certeza absoluta: hay que eliminar todo aquello de lo que sea posible dudar. De ahí que Descartes comience con la duda. Esta duda será metódica, servirá para realizar la búsqueda del método el cual fundamentará el conocimiento verdadero, objetivo final de los estudios sobre el conocimiento de Descartes.