En 1649 la reina Cristina de Suecia le invita a su corte como profesor particular y os requerimientos de la reina a altas horas de la madrugada le provocaron una terrible pulmonía muriendo en 1650.
3.1.1. Obras principales.
R. Descartes tiene una considerable aportación a la historia de la filosofía en cuanto a obras de importante calado, no obstante por la imperante razón de no alargar en exceso el tema nosotros nos ocuparemos en estos apuntes de las tres obras siguientes. Por otro lado, estos tres escritos son fundamentales y muy significativos ya que cada una marca un hito en su etapa. La primera sería el ensayo de la segunda, la segunda marcaría las bases del propio método cartesiano y finalmente la tercera pone en práctica la segunda en el plano de la metafísica, consiguiendo de esta manera cimentar ontológicamente las dos anteriores. Reglas para la dirección del espíritu, escrita en 1628, aunque quedó inconclusa, y que se publicó póstumamente en 1701. En esta obra temprana R. Descartes ya ensaya las reglas del método cartesiano, reglas que serán maduradas y definidas finalmente en su obra posterior el Discurso del método.
En 1637 publicó el Discurso del método para dirigir bien la razón y hallar la verdad en las ciencias, conocida más habitualmente como el Discurso del método. En esta obra ofrece el método cartesiano de conocimiento en toda su madurez y plenitud. Aunque se observa en ella claras influencias de las Reglas el Discurso es una obra de total madurez. Otra de las particularidades digna de resaltar es que se trata de una obra clásica dentro de la historia de la filosofía ya que da entrada a la filosofía moderna.
En 1641 publicó las Meditaciones metafísicas, acompañadas de un conjunto de Objeciones y respuestas que amplió y volvió a publicar en 1642. Las Meditaciones son una obra posterior al Discurso del método, siendo esto así se puede considerar a la primera como un despliegue ontológico de la última, no obstante en dicho despliegue se solidifica y cimentá el propio Discurso.
3.2. Teoría del conocimiento. De la ciencia a la filosofía. La fundamentación de la filosofía y de la ciencia. El método y sus reglas.
Las distintas ciencias y los diversos saberes son manifestaciones de un saber único. Descartes quiere fundar la unidad de la ciencia. Esta concepción unitaria del saber proviene, en último término, de una concepción unitaria de la razón.
La sabiduría es única porque la razón es única: la razón que distingue lo verdadero de lo falso, lo conveniente de lo inconveniente, la razón que se aplica al conocimiento teórico de la verdad y al ordenamiento práctico de la conducta es una y la misma. De acuerdo con esta estructura de la razón, hay, según Descartes, dos modos de conocimiento:
1. Intuición. Especie de“ luz o instinto natural” que tiene por objeto las naturalezas: por medio de ella captamos inmediatamente conceptos simples emanados de la razón misma, sin posibilidad alguna de duda o error. Entiendo por intuición no el testimonio fluctuante de los sentidos o el juicio falaz de una imaginación que compone mal, sino el concepto de una mente pura y atenta tan fácil y distinto que en absoluto queda duda alguna sobre aquello que entendemos; o, lo que es lo mismo, el concepto no dudoso de una mente pura y atenta, que nace de la sola luz de la razón y que por ser más simple es más cierta que la misma deducción”. Reglas para la dirección del espíritu. R. Descartes.
2. Deducción. Todo conocimiento intelectual se despliega a partir de la intuición de naturalezas simples. En efecto, entre unas naturalezas simples y otras, entre unas intuiciones y otras, aparecen conexiones que la inteligencia descubre y recorre por medio de la deducción.
“ Entendemos todo aquello que se sigue necesariamente de otras cosas conocidas con certeza”. Discurso del método. R. Descartes.
Para Descartes es preciso encontrar un principio a partir del cual fundamentar el conocimiento. Para ello establecerá la duda metódica, la cual concibe como una herramienta radical que le ayudará a fundamentar su método filosófico y gnoseológico. De este modo la duda metódica es complementaría con el método cartesiano y viceversa.
De las reglas, la fundamentación y los detalles del método cartesiano nos ocuparemos después de estudiar brevemente la metáfora del árbol del saber.