DERROTA MUNDIAL - EDICIÓN HOMENAJE AL AUTOR DERROTA MUNDIAL (Edición Homenaje) | Page 76
Salvador Borrego
e influyentes, figuraron su inseparable consejero Bernard M. Baruch; el secretario del
Tesoro, Henry Morgenthau; James P. Warburg, dueño del Banco Internacional Aceptance
Bank Inc., de Nueva York; Félix Frankfurter, Brandéis y Cardozo en el Tribunal Supremo;
Sol Bloom en la Comisión de Relaciones Extranjeras de la Cámara; Samuel Untermeyer en
la presidencia de la Federación Mundial Económica Judía, Sam Rosenman, el rabino
Stephen Wise y otros muchos.
El escritor norteamericano Robert E. Sherwood colaboró íntimamente en la Casa
Blanca y refiere que el más cercano colaborador de Roosevelt era Harry Hopkins,
educado políticamente por el israelita Dr. Steiner, y fue "la segunda personalidad individual
34
que de hecho dominó en los Estados Unidos durante el más crítico período de la guerra...
Hopkins no vacilaba en aprovechar su íntimo contacto con el Presidente para favorecer
sus intereses propios o los de las instituciones con las que tenía personal relación. Hopkins
fue el hombre que gozó de la máxima confianza de Franklin D. Roosevelt. Por espacio de
varios años fue los ojos, los oídos, y las piernas del Presidente, el instrumento casi anónimo
de la voluntad de Roosevelt".
Su influencia llegó a ser tan decisiva en asuntos capitales que el general Marshall le
confesó a Sherwood que su nombramiento de Secretario de Estado se lo debía
"primordialmente a Harry Hopkins". Otro escritor norteamericano, John T. Flynn, revela lo
siguiente en "El Mito de Roosevelt": "Roosevelt compró al pueblo norteamericano con el
dinero del propio pueblo y ganó todas las elecciones. Tengo cuatro millones de hombres —
decía Hopkins — pero por amor de Dios no me pidáis que os diga en qué trabajan...
Hopkins fue el instrumento principal de Roosevelt en esta grandiosa empresa de derroche
y corrupción. El organizó el sistema de las limosnas con dinero público, de tal manera
hecha que los subsidios sólo les tocaban a los demócratas, a los fieles de Roosevelt que
votaban por él... Hopkins se instaló en la Casa Blanca como favorito oficial y fue, después
de Roosevelt, el hombre más poderoso de los Estados Unidos".
Según Sherwood, Roosevelt pasaba temporadas en la casa de su consejero israelita
Bernard M. Baruch, conocido como el "estadista número uno" y como consejero de
presidentes desde la época de Woodrow Wilson. Baruch es jefe del Consejo Imperial de
la Gran Masonería Universal. Después de la primera guerra mundial se le acusó a Baruch
de haber influido ilegalmente para que el país entrara en la guerra, pero la investigación no
prosperó.
Sherwood fue también testigo de que otro israelita, "Sam Rosenman, se movía en el
foro del Palacio a guisa de guardia pretoriano. Siempre hubo críticas para aquellas
personalidades extraoficiales. .. Hopkins, Rosenman y yo trabajamos activamente en todos
34
76
Roosevelt y Hopkins.'—Robert E. Sherwood.