DERROTA MUNDIAL
tendía sobre estos hechos. Pero muy distinta había sido la actitud de Roosevelt cuando en julio de 1935 las autoridades alemanas habían capturado a varios israelitas conectados con el golpe de estado que Yon Rundstedt hizo fracasar.
Y sobre todo, el disgusto de Roosevelt adquirió proporciones de ira cuando en noviembre de 1938 Alemania impuso una multa de 400 millones de dólares a la Comunidad Israelita, como represalia por el asesinato del diplomático alemán Ernest Yon Rath, consumado en París por el judío Herschel Grynszpan. Ciertamente qué hubo también sinagogas dañadas y cristales rotos en los comercios., judíos( tanto que el suceso es conocido como " la noche de cristal "), pero el gobierno alemán impidió que la indignación degenerase en ataques personales contra los hebreos.
Roosevelt se apresuró entonces a decir( 15 de noviembre de 1938): " Apenas puedo creer que esas cosas ocurran en la civilización del siglo XX ".
Cosas mil veces peores que multar con 400 millones de dólares a una comunidad judía— poseedora entonces de 3,200 millones de dólares en Alemania-— estaban ocurriendo en la URSS y en España, pero de eso no se hablaba. Para la camarilla de Roosevelt era un delito inconmensurable que Hitler enviara a campos de concentración a cientos de agitadores bolcheviques, pero le parecía natural e inobjetable que el Kremlin encarcelara a millones de anticomunistas y que en España las " cheleas " asesinaran en grande escala. El marqués Merry del Val dirigió una carta a Roosevelt preguntándole por qué no mostraba ninguna compasión hacia los millares de católicos españoles asesinados por las brigadas internacionales bolcheviques, y naturalmente Roosevelt no dijo por qué.
A raíz de la multa impuesta a la comunidad judía de Alemania, Roosevelt retiró a su embajador Hugh Wilson y alentó a Inglaterra a declarar combinadamente una guerra comercial contra el Reich.
El primer paso para la ruptura y para la guerra armada se había dado ya.
A continuación Roosevelt agregó que " las tempestades en el extranjero amenazaban directamente a tres instituciones indispensables para los americanos, la religión, la democracia y la buena fe internacional ".
Era extraordinario que Roosevelt— masón 33— presentara a Alemania como un peligro para la religión y que nada dijera respecto a la URSS. Berlín acababa de firmar el 20 de julio de 1933 un Concordato con el Vaticano, que incluso concedía libertad completa a las escuelas confesionales, cosa que rige en muy contados países. Además, Hitler proclamaba enfáticamente que " las doctrinas e instituciones religiosas de un pueblo debe respetarlas el Führer político como inviolables... Los Partidos políticos nada tienen que ver con las cuestiones religiosas ". Y en contraste con todo esto, en Rusia estaba prohibida la enseñanza religiosa para jóvenes que no hubieran cumplido los 18 años período durante el cual el
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