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DERROTA MUNDIAL
partidarios temieron un fracaso, montaron una campaña de prensa en que se aparentaba
que los banqueros de Wall Street eran enemigos de aquél, por ese solo hecho millares de
ciudadanos resentidos contra los autores del cataclismo económico se volvieron a favor de
Roosevelt.
Roosevelt llegó al poder y llevó consigo a un grupo de colaboradores llamados el
Trust de los Cerebros, encabezados por el banquero israelita J. Warburg. Uno de los
primeros actos del nuevo Presidente fue entrevistarse con el ministro soviético de
Relaciones, Maxim Litvinov (cuyo original apellido judío era Finkelstein) y luego
reconocer al gobierno bolchevique de la URSS, cosa que Estados Unidos se había negado
a hacer durante 16 años Este reconocimiento ayudó incalculablemente al régimen soviético
en momentos en que se afrontaba una grave oposición interna debido al hambre que sufría
la población rusa.
Al iniciarse las relaciones entre la Casa Blanca y el Kremlin, en septiembre de 1933,
Hitler asumía el poder en Alemania, suprimía el Partido Comunista y elevaba sus
principios antimarxistas a la categoría de política oficial de su país. (Al año s iguiente
disolvía la masonería).
William C. Bullit, primer embajador norteamericano en Moscú, revela que el
reconocimiento de la URSS se hizo a condición de que ésta dejara de dirigir al Partido
Comunista americano. Pero esa condición fue sólo un engaño para suavizar la repugnancia
con que la opinión pública de Estados Unidos juzgaba cualquier entendimiento con los
preconizadores soviéticos de la "revolución mundial" bolchevique. "No obstante —añade
Bullit en La Amenaza Mundial—, en 1935 se reunió en Moscú el VIl Congreso Mundial de
la Internacional Comunista y asistieron no sólo jefes prominentes de los comunistas
norteamericanos, sino que se dieron determinadas direcciones al partido comunista
estadounidense... Roosevelt llegó a la conclusión de que el interés de los Estados Unidos
exigía ignorar temporalmente la violación del compromiso que Stalin contrajo con él". Así
empezó a ser engañada la opinión pública norteamericana.
Entretanto, era una evidencia innegable que Alemania y Rusia marchaban; hacia la
guerra. Las intenciones antibolcheviques de Hitler, proclamadas desde 1919 y reiteradas en
"Mi Lucha", tuvieron una enésima e indudable confirmación en 1934, cuando el señor
Messerschmith, embajador de Estados Unidos en Austria, comunicó a Washington que
Alemania tenía los ojos fijos en la frontera oriental (hacia la URSS) y que abrigaba "la
esperanza de conseguir la Ucrania para el excedente de población alemana". Este
testimonio consta en el libro "Paz y Guerra" del Departamento de Estado Norteamericano.
El pueblo estadounidense preveía ese conflicto europeo y deseaba vivamente
mantenerse al margen; esta preocupación popular determinó que el Congreso americano
prohibiera en agosto de 1935 la venta de armas a cualquier beligerante. Entonces el
Presidente Roosevelt inició una intensa propaganda para derogar ese acuerdo y proclamó
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