DERROTA MUNDIAL - EDICIÓN HOMENAJE AL AUTOR DERROTA MUNDIAL (Edición Homenaje) | Page 644
Salvador Borrego
Por eso el marxismo —secundado por los que traicionan a Occidente— se finge pacifista
y gestiona el desarme atómico, pues si Estados Unidos prescinde de su arsenal nuclear, la
balanza del poderío armado se inclina en favor de la URSS.
El pacto de Krushchev, aprobado por Kennedy, para prohibir pruebas de armas
atómicas en el aire y en el mar es la primera fase de un convenio de "no agresión", que a su
vez sería el antecedente para conseguir que todas las defensas atómicas norteamericanas
fueran entregadas a la ONU. En tal caso esta organización marxista-judía internacional
tendría ya el dominio del mundo y podría implantar todos sus planes políticos.
El primer paso de esa colosal maniobra fue el pacto que celebraron Krushchev y
Kennedy en septiembre de 1963, no obstante la oposición de valiosos círculos
norteamericanos. El general Thomas S. Power, jefe del Comando Estratégico de la Fuerza
Aérea Americana, advirtió que tal convenio es dañino porque la URSS ya había probado
sus proyectiles atómicos de largo alcance y Estados Unidos sólo lo había hecho con el
cohete Polaris, pero no con los Atlas, Titán y Minuteman. El general Curtis LeMay, jefe del
Estado Mayor de la Fuerza Aérea, el eminente físico Edward Teller y varios senadores
dijeron que el pacto de Moscú reduce el margen de seguridad de Occidente. El Pr esidente
Johnson gestiona en 1965 otro paso en tal sentido, con la destrucción de 200 bombarderos
B-47 y de los cañones atómicos que guarnecen Corea y Europa central. Además, el pacto
de cooperación en el espacio, firmado en Ginebra en 1962, da a los soviéticos secretos
sobre los vuelos siderales, a cambio de datos sin valor. Y el pacto de "intercambio cultural"
brinda a la URSS diseños de máquinas, fórmulas de aleaciones, etc., a cambio de
información sobre Máximo Gorki, la política comunista de salarios y la vida en Asia central.
El comunismo ya ha demostrado en los países débiles cómo ama la "paz" y la "libertad".
Si actualmente habla tanto de pacifismo ante Estados Unidos es porque quiere facilitar la
maniobra internacional para desarmarlo.
Entretanto, la URSS encubre sus desventajas técnicas-militares con propaganda que
difunde activamente el monopolio informativo internacional, como ha ocurrido con los
vuelos espaciales soviéticos. Por ejemplo, hay crecientes pruebas de que la URSS no le
pegó a la Luna con un cohete teledirigido y de que tampoco fotografió la cara posterior de
ese satélite. De la misma manera han surgido dudas respecto a los vuelos de varios
astronautas soviéticos, pues todos los puestos de rastreo sideral en Occidente detectaron el
paso de las cápsulas, pero no la voz de sus tripulantes. Únicamente el procomunista Sir
Bernard Lowell, director del observatorio inglés de Jodrell Bank, y el monopolio
informativo internacional, han dado por realizadas todas las hazañas de que habla la radio
de Moscú. En cambio, el vuelo del astronauta americano John Glenn (febrero 20 de 1962)
y los subsecuentes se realizaron a los ojos del mundo entero y más de 20 estaciones
espaciales pudieron detectar su voz.
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