DERROTA MUNDIAL - EDICIÓN HOMENAJE AL AUTOR DERROTA MUNDIAL (Edición Homenaje) | Page 594
Salvador Borrego
El jefe del Departamento de Investigaciones para Casos Especiales, magistrado Ryumin
—días antes glorificado como héroe por haber puesto al descubierto gran parte de la trama
política israelita— fue destituido y posteriormente ejecutado. Se le acusó de haber hecho
"arrestos injustificados de numerosos ciudadanos soviéticos, inclusive figuras sobresalientes
en la medicina".
A la doctora Lydia Timashuk, en vida de Stalin homenajeada por haber aportado la
pista de la conspiración de los médicos judíos, se la destituyó también de su cargo y no se
volvió a decir nada de su suerte. Todos los funcionarios rusos que intervinieron en el
proceso de los médicos israelitas fueron acusados de "ceguera política" y de infamar
"injustamente a ciudadanos soviéticos".
En la gigantesca "purga" contra todo el que había osado poner la mano sobre el oculto
Poder Judío no se escapó ni el temible jefe de la Policía Secreta, Lavrenty P. Beria, quien
fue ejecutado junto con seis de sus colaboradores. Beria aparecía también como
responsable de las investigaciones practicadas contra la conjura de los médicos. Las
destituciones y los fusilamientos cimbraban toda la MVD (Policía Secreta rusa) y
evidenciaron que existía otra superpolicía capaz de ahogar en sangre cualquier intento de
rectificación política.
El coronel general V. S. Abakumov, Ministro de Seguridad de la URSS; A. G. Leonov,
jefe de los servicios de instrucción del Ministerio; V. I. Komarov y L. I. Tatchev,
funcionarios de la misma dependencia, fueron igualmente destituidos y después ejecutados.
También se les acusó de "inventar complots para acusar a elementos del Partido, del
gobierno y de los intelectuales".
Tan sólo en la provincia natal de Stalin (Georgia) fueron "purgados" del Partido
Comunista 3,011 stalinistas.
Ante el drástico cambio operado con la muerte repentina de Stalin y Gottwald, el
periodista Jean Danés, de la "France Press", cablegrafió desde Viena el 4 de abril de 1953:
"Lo que retiene la atención de los observadores vieneses es el carácter publicitario dado a la
noticia, la insistencia con la que los servicios de información de la URSS y de los países
satélites anuncian al mundo entero casi sin interrupción desde hoy por la mañana, que los
médicos judíos habían sido injustamente denunciados, detenidos, convictos y condenados.
Se tiene la impresión de que en Moscú se ha querido que esta noticia de la rehabilitación
sea tan sensacional como la de la acusación. Pues bien, una se produjo antes de la muerte
de Stalin. La otra después. Esto aumenta su carácter extraordinario".
A la rehabilitación de los médicos y de otros funcionarios judíos siguió una intensa
campaña en la URSS para borrar todo vestigio de desconfianza hacia los israelitas, y en esta
tarea se entremezclaron la propaganda, las destituciones y los fusilamientos.
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