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DERROTA MUNDIAL
(comandante del campo de Auschwitz) se inventó "su confesión" sobre las matanzas y se
tradujo a todos los idiomas para "confirmar" en el mundo entero lo de los "6 millones" de
"liquidados".
Todo esto tiene por objeto desplegar una enorme cortina de compasión hacia los
hebreos para encubrir los móviles políticos de sus jefes internacionales, empeñados en
una lucha total contra el mundo cristiano. (Como ganancia extra Israel ha recibido de
Alemania una indemnización equivalente a 48,000 millones de pesos mexicanos en 16
años).
Para elaborar el mito de los 6 millones de judíos muertos (todos los que habitaban en
Europa) no se omitieron trucos. Por ejemplo, un bombardeo aliado había devastado la
población alemana de Weimar, poco antes de que terminara la guerra, y eran tantos los
muertos que el jefe de la policía, Walter Schmidt, optó por incinerarlos, de lo cual tomó
fotos. Pues bien, esas fotos de alemanes muertos por los aviones aliados fueron luego
exhibidas como si se tratara de israelitas asesinados. En Munich ocurrió algo parecido y el
arzobispo y cardenal Faulhaber atestiguó que los cadáveres encontrados por los aliados en
el crematorio del campo de Dachau no eran de judíos, sino de alemanes muertos en el
bombardeo de la ciudad.
Agregó que en Dachau nunca existieron cámaras de gas, como ahora se dice que las
hubo.
Por su parte, el abogado Stephen F. Pinter, de St. Louis, Mo., estuvo seis años en
Alemania como funcionario del Departamento de Guerra de Estados Unidos,
comisionado para investigar lo de los campos de concentración, y afirma que lo de las
cámaras de gas para matar judíos carece totalmente de fundamento; en cuanto a los hor-
nos crematorios, no eran para exterminar a nadie, sino para cremar cadáveres. Mr. Pinter
agrega que él fue la primera autoridad aliada que recibió el campo de concentración de
Flósenburg y precisó que ahí no habían muerto más de 200 personas, pero meses después
se enteró con sorpresa que estaban celebrándose ceremonias en Flósenburg para honrar a
los "tres mil exterminados".
El doctor judío Benedilct Kautsky, que estuvo internado en Auschwitz y en otros
campos, dice: "Yo estuve en los grandes KZ de Alemania. Pero, conforme a la verdad,
tengo que estipular que no he encontrado jamás en ningún campo ninguna instalación
como cámara de gaseamiento".
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La Mentira de Ulises.—Por Paul Rassinier, antiguo internado en campos de concentración.
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