DERROTA MUNDIAL - EDICIÓN HOMENAJE AL AUTOR DERROTA MUNDIAL (Edición Homenaje) | Page 419

DERROTA MUNDIAL Hitler le mostró a Goebbels copia de esa carta y le dijo que quería ejercer presión sobre el Duce para que pusiera el orden, por lo menos en su propia familia. Edda era esposa de Ciano y éste seguía conspirando contra Mussolini, después de que había votado para que se le derrocara. Posteriormente Ciano fue capturado por los alemanes y ejecutado junto con el mariscal De Bono, el ex Ministro Pareschi y el ex líder fascista Gottardi, todos los cuales eran traidores. Años antes Hitler había dicho que Ciano era un hipócrita y un bufón y que eso en una guerra conducía al cadalso. Esta ejecución afectó mucho a Mussolini, quien le dijo a Ivanhoe Fossani: "Cuando mis nietos miren el retrato de su padre alguien les dirá que fue su abuelo quien... ¡Oh, no, no! Rechacé este asesinato. No fui yo el autor. Fueron los alemanes quienes lo mataron". Detrás del fotogénico dictador estaba sólo el tierno y sentimental hombre de todos los días”. CINCO MESES ANTE CASSINO Mientras Mussolini era rescatado, mientras en Rusia se libraba una gigantesca batalla defensiva, mientras en los Balcanes 22 divisiones alemanas eran restadas de otros frentes y en Francia y en Bélgica se esperaba la invasión angloamericana, las diezmadas fuerzas de Kesselring seguían sosteniendo el frente en Italia, ante un ejército inglés, y uno americano, reforzados por hindúes, neozelandeses, judíos, polacos, brasileños, sudaneses e italianos. Cuatro mil aviones aliados dominaban el espacio frente a 300 aviones alemanes; la artillería antiaérea de los generales Jahn y Kruse hicieron lo indecible .para que el frente no fuera destrozado desde el aire, labor que el mariscal inglés Alexander calificó de "formidable". Durante cuatro meses los paracaidistas alemanes acantonados en Cassino detuvieron esa oleada de fuerzas rivales y frustraron tres ofensivas de contingentes superiores. Contra lo que entonces se creía, el monasterio de Cassino no se hallaba ocupado por los alemanes. El historiador británico Liddell Hart así lo aclaró posteriormente. El mariscal Kesselring hasta había puesto centinelas a la entrada del monasterio para que ningún soldado se refugiara en él. Tanto el Abad como el Papa fueron informados de esto y se encargaron de comunicarlo así a los aliados. Sin embargo, las fuerzas atacantes tuvieron desconfianza y barrieron con el monasterio. La primera embestida aliada sobre Cassino se inició el 18 de enero de 1944 y fracasó, la segunda, el 15 de febrero; entonces el monas- terio fue destrozado por el bombardeo, pero las oleadas de asaltantes tuvieron que replegarse ante la obstinada resistencia de los defensores. A continuación se organizó minuciosamente una ofensiva más poderosa, a cargo del 8º ejército inglés y del 5º ejército norteamericano. Se creyó que mediante una concentración sin precedente de ataques aéreos y del fuego de artillería podría exterminarse a gran parte de los paracaidistas alemanes y dejar el resto fuera de combate. 419