DERROTA MUNDIAL - EDICIÓN HOMENAJE AL AUTOR DERROTA MUNDIAL (Edición Homenaje) | Page 414

Salvador Borrego ofensiva que preparaba contra Rusia. Por último, al iniciarse la lucha germano-soviética Mussolini deseaba que las bajas alemanas fueran muy elevadas, a fin de que así se compensara la debilidad de Italia. 169 La amistad de Mussolini hacia Hitler tuvo reservas y sombras. La amistad de Hitler hacia Mussolini fue siempre categórica y leal. En todo momento de apuro acudió en su ayuda. Ante sus íntimos, Hitler dijo: "Siento una amistad profunda por este hombre extraordinario". En tres años de guerra Alemania envió a Italia 40 millones de toneladas de carbón, dos y medio millones de toneladas de metal, 22 millones de toneladas de caucho, mil cañones antiaéreos, miles de aviones, cuando menos 36 submarinos y casi todos los recursos humanos y materiales que sostuvieron dos años el frente en África, donde que- daron sepultados 25,000 soldados alemanes. En la madrugada del 25 de Julio de 1943 el Gran Consejo Fascista acordó que Mussolini dejara el poder en manos del Rey. Ante ese burocrático derrocamiento —durante el cual Mussolini mismo estuvo presente—, el Duce no tuvo la menor reacción, aunque aún disponía de suficientes recursos para disolver el Consejo y afianzar su mando. Su estado psicológico era de capitulación y ni siquiera tomó precauciones para asegurar en lo más mínimo su situación. En sus "Confesiones" refiere lo ocurrido al día siguiente: "A las 9 de la mañana, como de costumbre en los últimos 20 años, Mussolini fue a su trabajo. Por la tarde fue a ver al Rey. Mussolini pensaba que el rey le retiraría el mando de las fuerzas armadas, que de todas formas pensaba poner a disposición del monarca. Entró en la Villa Ada a las 5 de la tarde, en un estado de espíritu que los historiadores considerarán de extraña candidez. Se dio cuenta de que la guardia de los carabineros del rey estaba reforzada, pero no concedió a esto mayor importancia. El rey le informó que iba a relevarlo y a continuación Mussolini quedó en calidad de prisionero. “En una corbeta fue llevado a Ponza —sigue escribiendo en tercera persona—. Luego fue trasladado a la Maddalena, en la isla de Cerdeña; ahí recibió un regalo de Hitler. Después pasó un avión alemán muy bajo, lo que motivó que lo trasladaran al lago Bracciano, cerca de Roma, y finalmente fue llevado a la cima del Gran Sasso, a 2,000 metros de altura". Cuando Mussolini cayó, no contó con un solo amigo italiano. Hitler dio luego instrucciones al mariscal Kesselring para que tratara de entrevistarse con Mussolini; después le envió una colección de libros de Nietzsche, con una afectuosa dedicatoria y por todos los medios trató de averiguar su paradero. "Su caída y los vergonzosos insultos a que se le ha sometido —dijo Hitler en un discurso—, producirán grandísimo bochorno a las 169 Diario Secreto de Galeazo Ciano. Ministro de Relaciones de Italia. 414