DERROTA MUNDIAL - EDICIÓN HOMENAJE AL AUTOR DERROTA MUNDIAL (Edición Homenaje) | Page 407
DERROTA MUNDIAL
Siempre se advierte que en épocas de crisis. Hitler se eleva por sobre sí mismo en
lo físico y en lo espiritual.
Apenas había dormido como dos horas, pero tenía el aspecto de quien acaba de
regresar de unas vacaciones". Y el Almirante Doenitz (comandante de los submarinos)
comentó cinco días después:
”La enorme potencia que irradia el Führer, su inquebrantable confianza, su amplia
visión de la situación de Italia, me han hecho comprender que todos nosotros somos
insignificantes comparándonos con él".
En ese desconcertante momento en que todo el frente de Italia se hundía, Hitler dio
una orden que parecía imposible: ocupar Roma y desarmar a todo el ejército italiano. El
mariscal Kesselring consideró que eso estaba "fuera de la capacidad de sus limitadas
fuerzas", pero una vez hecha la decisión silenció las dudas y se dedicó resueltamente a la
tarea. Kesselring era de los relativamente pocos generales capaces de hacer eso y lo
evidenció desde que dirigía en Rusia a la 2ª Flota Aérea.
166
El general Student (que había dirigido la invasión de Creta) intentó capturar con
paracaidistas el cuartel general italiano, pero sus antiguos aliados eran demasiado veloces
para huir y aunque el ataque se realizó casi por sorpresa, el rey Víctor Manuel, el mariscal
Badoglio y otros muchos ya habían escapado horas antes. En ese golpe cayeron prisioneros
30 generales y 50 oficíales italianos.
Kesselring sólo disponía de la 2ª división de paracaidistas y de la 3ª división
acorazada cerca de Roma (30,000 nombres) para desarmar a 5 divisiones italianas (75,000
hombres) que se hallaban parapetadas en la capital, pero dirigió resueltamente la
operación. El periodista español Ismael Herráiz presenció el hecho y lo refiere de la
siguiente manera:
"El ejército italiano, muy superior en número a los alemanes que habían ido a
reforzarlo, estaba en posesión de los puntos estratégicos. No ocurrió la catástrofe porque
todos los soldados al emanes actuaron con una serenidad ejemplar. Cuando se sepa los que
éramos se le enrojecerá a usted hasta la raíz de los cabellos, dijo un oficial alemán al general
de una división italiana desarmada. Se lanzó una convocatoria (italiana) para que todos los
romanos acudieran a la Plaza Polonia "para aclamar a nuestro glorioso ejército que se bate
166
Hitler comentó posteriormente: "Rommel era un gran líder, pero desafortunadamente también un
gran pesimista... En Italia hizo lo peor que soldado alguno puede hacer. Dijo que el colapso era
inminente. Ya no le envié allá. Poco después los sucesos lo contradecían y yo confirmaba mi idea de
dejar a Kesselring en el mando de aquella zona. Kesselring es un idealista político y un militar
optimista. Y yo creo que nadie puede conducir una operación militar sin optimismo".
407