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DERROTA MUNDIAL
países de Latinoamérica para que reanudaran relaciones con la URSS, pese a qué esto abría
las puertas de América a la penetración bolchevique. Asimismo el 21 de octubre el
Embajador americano en Madrid, Mr. Hayes, transmitió al Ministro Jordana el descontento
de Roosevelt porque España se resistía a considerar a la URSS como una nación
democrática y concretamente le pidió que la prensa española publicara propaganda
soviética y que cesaran los ataques contra el bolchevismo.
"Atacando sistemáticamente a Rusia —decía Roosevelt por medio de su embajador—,
España hace cada vez más delicada, a las democracias la tarea de continuar aportándole la
ayuda que ellas querrían poder seguir suministrándole', como si para mantener buenas
relaciones con los pueblos occidentales fuera requisito imprescindible tratar cordialmente al
marxismo.
Ocho días después España contestó que "independientemente de la suerte de las
armas, existe en el mundo un problema moral bien anterior a la guerra y de una
importancia extraordinaria. Este problema ha sido provocado por la actitud revolucionaria
de las masas ateas... Si la guerra es un estado pasajero, el espíritu revolucionario de las
masas es, por el contrario, el problema esencial de la época actual. Su grito de combate “
Proletarios de todos los países, uníos”, constituye el emblema de la rebelión... Sobre esto
no cabe la menor duda. La URSS preconiza la dictadura del proletariado, que es necesario
imponer por medio de la revolución". Esa renuencia de España iba a costarle muy cara
porque estaba enemistándose con el movimiento israelita, el cual prohijaba la propagación
del comunismo tanto en Europa como en Asia y en América.
Aún hoy las actividades marxistas en el Nuevo Continente serían imposibles si no
contaran con ese poderoso patrocinio del poder secreto israelita y de su tentáculo
masónico; ambos toleran que se hable de anticomunismo y hasta sugieren que se haga así
para adormecer a los pueblos, pero no permiten que en realidad se obre eficazmente
contra la infiltración marxista. Todo régimen auténticamente refractario a este veneno es
tildado de fascista y se le combate en mil formas de boicot internacional.
España fue sometida a tremenda presión diplomática por parte de Roosevelt y
Churchill y se vio luego forzada a retirar su "División Azul", que al lado de los alemanes
luchaba contra el bolchevismo en Rusia. Stalin había dicho a Hopkins que para él no
contaban como enemigos los rumanos, ni los italianos, ni los españoles, sino únicamente
los alemanes. Sin duda se expresó así de los españoles porque su número era muy
reducido, pues en cuanto a sus cualidades, Hitler dijo al general Sepp Dietrich: "Para ellos
el rifle es un instrumento que no debe limpiarse bajo ningún pretexto. Entre los españoles,
los centinelas no existen más que en teoría. No ocupan sus puestos, pero si los ocupan es
durmiendo. Cuando llegan los rusos son los indígenas los que tienen que despertarlos. Pero
los españoles no han cedido nunca una pulgada de terreno. No tengo idea de seres más
impávidos. Apenas se protegen. Desafían a la muerte. Lo que sé es que los nuestros están
siempre contentos de tener a los españoles como vecinos de sector. Si se leen los escritos
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